[cafe-sd] algo empieza a moverse?
Miquel
miquel at sindominio.net
Thu May 23 03:26:54 CEST 2002
no os perdais el articulo que acaba de publicarse en Baquia firmado por
ARTE (Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo). Es la primera
vez en España en la que uno de los sectores de la industria musical critica
el pensamiento único sobre el pirateo que defienden las multinacionales, la
SGAE y todos los medios de comunicacion. ¡Lo acollonante es que ARTE
participa también en la Mesa Antipiratería!
Este texto es una joya, pues es una crítica "desde dentro": ¡no creo que a
acusen a los managers de connivencia con las mafias como nos hicieron a
nosotros en la accion contra la sgae en la charla de la Klein!
http://www.baquia.com/com/20020522/art00014.html
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Piratería: ¿responsabilidad de la Industria musical?
por ARTE
22/05/2002, 17:44 GMT+1
Publicamos la primera parte de la ponencia aprobada en la última Asamblea
de ARTE (Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo), en la que
se ofrece otra visión sobre las causas y las posibles soluciones para
atajar la piratería musical.
Mucho se está hablando en los últimos tiempos de la música por encima de lo
estrictamente musical. Internet, la piratería, los derechos de autor,
Operación Triunfo..., suelen aparecer en otras secciones de los periódicos
que no son precisamente las musicales.
Siempre suelen ser noticias e informaciones alarmistas: sobre sentencias
judiciales, redadas policiales, pleitos, denuncias y peleas y sobre la poca
lucidez y visión de los dirigentes de la música más convencional. El
talento artístico y el creativo están pasando a un segundo o tercer grado
dentro de la escala de interés musical.
Todo esto tiene mucho que ver con la concentración musical, y con la
incorporación de los principales medios de comunicación al negocio musical,
pero también tiene está relacionado con la situación política y económica
nacional e internacional.
La Industria discográfica
Durante todo el año 2001 se nos ha estado hablando, desde los medios de
comunicación más importantes, sobre la crisis de la industria discográfica
que siempre se ha estado achacando a la piratería o a los acontecimientos
ocurridos el 11 de septiembre, pero nunca se hace mención a la parte de
culpabilidad que tienen los máximos directivos y responsables de la
industria musical. Cuando se habla de industria discográfica, normalmente
se están refiriendo a las cinco grandes empresas multinacionales del
sector, es decir: Sony, Universal, Warner-DRO, BMG y EMI-VIRGIN.
Según datos de la SGAE en nuestro país existen aproximadamente 1.000 sellos
discográficos. Las cinco grandes compañías internacionales acapararon la
facturación con un 73,2% del mercado; concentración económica no sólo en
nuestro mercado, ya que esas mismas compañías en 1998 representaban el 76%
de todos los discos legales que se vendían en el mundo. La concentración
musical se plantea a escala planetaria sin presencia prácticamente de
capital español, y solamente representado por capital europeo en el caso de
BMG, sociedad alemana.
El papel de la cuota de mercado de los sellos independientes es bastante
escasa: en Alemania (3%), Países Bajos (8%), Australia (9%), Francia y
Brasil (10% cada uno), Italia (12%), México y Estados Unidos (17% cada
uno), Reino Unido y España (20% cada uno), Suecia (21%) y Japón (32%).
Los datos anteriores evidencian que la industria musical está dirigida
desde los grandes centros económicos del mundo y por tanto, sus grandes
lanzamientos se producen en todo el mundo, dejando un papel muy secundario
a las propuestas y desarrollo artístico propios.
En nuestro país ?donde el peso de los sellos independientes era de los más
importantes, cerca del 20% del total, con lo cual siempre existían más
posibilidades de grabación de artistas diferentes?, el porcentaje va
cambiando gravemente con la entrada en el mercado discográfico de sectores
económicos que nada tenían que ver con la industria musical; los grupos de
comunicación Prisa, (El País, Canal+, Canal Satélite, Cadena Ser...), y
Telefónica (Antena 3, Onda Cero, Vía Digital...) deciden a finales de los
años noventa desembarcar en el negocio musical, no solamente en el
discográfico, como ya antes habían hecho en otras industrias culturales
(cine, literatura...).
El pez grande se come al chico
Para lograr sus objetivos han ido comprando sellos y distribuidoras para
poder tener una cuota de negocio inicial. Una vez transcurrido cierto
tiempo desde el inicio de sus políticas de absorción de sellos
independientes, se puede observar que la mayoría de los artistas que
pertenecían a esos pequeños sellos les han dejado de interesar y sólo
promocionan a los artistas con más nombre, los que más discos venden de los
catálogos de los sellos absorbidos, ignorando totalmente al resto de los
artistas más minoritarios de esos mismos catálogos, sin importarles lo más
mínimo el daño profesional y personal que hacen con esta política a estos
artistas.
Es a partir de que estos dos grandes grupos de comunicación entran en la
industria musical, cuando se empieza a hablar de todo lo referente a la
música desde otras páginas de noticias, especialmente en las secciones de
economía de los medios que controlan, que en las propiamente culturales o
de espectáculos, como era lo habitual.
A pesar de todo lo que se ha dicho y escrito sobre la crisis discográfica
?"los datos de ventas de la industria discográfica española durante el año
2001 apuntan un alza del 4,1% de la facturación, en comparación con la del
año 2000"?, cuando en los medios se apuntaba a una reducción cercana al 40%
referente al año 2000.
Uno los grandes "argumentos" que se han manejado para demostrar la crisis,
han sido los trágicos sucesos del pasado 11 de septiembre. Se ha enfatizado
que en Estados Unidos las ventas disminuyeron un 4,9% la semana de los
atentados, pero se ha silenciado que la semana anterior a los mismos, las
ventas diminuyeron un 12% con respecto al mismo período del año anterior.
No obstante la semana siguiente se vendieron más de 18 millones de discos
con respecto a la semana de los atentados.
La industria, contando con la complicidad de los medios de comunicación, ha
intentado manipular con unos hechos tan trágicos para su propio beneficio
económico.
La crisis discográfica es importante por múltiples motivos, la mayoría por
los comportamientos de sus propios directivos. Desde ARTE apoyamos
cualquier reflexión en este sentido y animamos a reforzar una industria
musical independiente propia, que genere nuevos valores, renueve
periódicamente nuestro panorama artístico y garantice la diversidad
musical, tanto desde el punto de vista artístico y cultural, como también
de los consumidores que tienen derecho a recibir un mayor número de
propuestas y no sólo aquellas que interesen a los grandes monopolios, y que
exclusivamente buscan la rentabilidad económica. Su presencia en la música
sólo se debe a su interés por aumentar sus beneficios financieros y, para
conseguir sus objetivos, no tienen ningún escrúpulo en expoliar nuestra
propia industria musical, llevando al abandono de artistas, a la
desaparición de muchos puestos de trabajo, limitando drásticamente la
oferta para los consumidores y fomentando la quiebra de los valores
democráticos al restringir la pluralidad.
La piratería
Somos conscientes del daño que produce la misma, pero hasta ahora sólo se
ha planteado el tema en términos exclusivamente económicos. Otra vez la
industria vuelve a tergiversar a la opinión pública. En la presentación de
la Mesa Antipiratería se enfatizó que ésta había producido unas pérdidas de
130.000.000 millones de pesetas en el año 2001, cuando lo lógico sería
haber dicho que presuntamente se habría dejado de ingresar esta cantidad,
hecho que no es ni mucho menos lo mismo.
La piratería no perjudica tanto a la gran industria discográfica, al menos
de la manera tan alarmante como se nos dice.
Los datos reflejan que a pesar del 11 de septiembre, que ha profundizado la
desaceleración económica que había empezado con bastante anterioridad a esa
fecha, y del aumento alarmante de la piratería callejera, la facturación ha
crecido.
Cuando decimos que la piratería no afecta tan gravemente a la gran
industria, es porque parte de lo que dejan de recibir por la misma lo
ingresan por otros conceptos. Las grandes máquinas de reproducción de CD?s
son de las mismas discográficas (Phillips, Sony...) y que muchas de ellas
son también las que fabrican los CD?s vírgenes. Así que las grandes
compañías siguen ingresando por todos los lados.
La piratería a quien realmente está afectando es al comercio clásico
(pequeño, grande y mediano), ya que puede suponer el despido de
trabajadores y el cierre de tiendas. Estos trabajadores siempre son
ignorados y serán los primeros despedidos con la excusa de la crisis.
Esta última es la excusa que los directivos artísticos de las compañías han
encontrado para blindar las mismas a los artistas más innovadores, críticos
e independientes. Y a los que llegan a fichar, hacerlo con contratos y
condiciones que en otras épocas serían impensables.
Estas realidades que van ocurriendo día a día, se están silenciando
habitualmente como parte de la manipulación existente. Cuando se está
hablando de la piratería, sólo se plantea en términos económicos,
olvidándose totalmente de los humanos. Los que están haciendo más evidencia
en la misma, son los últimos grandes llegados a la industria y que tienen,
por su tardanza en incorporarse al negocio musical, todas las limitaciones
para cubrir los ingresos no conseguidos por la venta ilegal con la venta de
otros soportes (máquinas grabadoras, CD?s vírgenes...).
Subida de precios
La piratería hay que combatirla de manera positiva. La industria siempre ha
estado de espaldas a los consumidores: implantó los CD?s obligando al
público y al comercio a olvidarse de los vinilos. El CD mucho más barato
que el LP se encareció, y esta subida tampoco favoreció a los autores o a
los intérpretes. Las discográficas aumentaron de manera muy importante sus
ingresos y beneficios en perjuicio de artistas y del público. Han estado
bajo sospecha por pactar los precios entre ellas. -"Las cinco mayores
compañías discográficas del mundo, EMI, BMG, Warner Music, Sony y
Universal, están siendo investigadas por la Comisión Europea por las
fuertes sospechas de que pueden haber llegado a acuerdos ilegales para
fijar los precios de los discos compactos y mantenerlos más altos de lo
normal"-. Han contribuido a la desaparición de cientos de pequeños sellos.
Ahora se empeñan en realizar campañas exclusivamente policiales contra una
piratería que ha surgido por la utilización de los propios aparatos
comercializados por ellos (reproductores y CD?s vírgenes).
Es muy importante que la industria haga una reflexión sobre su papel, pero
también debe hacerlo con planteamientos artísticos, no sólo económicos.
Aunque somos conscientes de que son grandes empresas multinacionales y como
tales sus objetivos son a nivel mundial, no se pueden olvidar de sus
lanzamientos nacionales, muchos de esos artistas son representados por
agentes de ARTE. Fenómenos como las ventas conseguidas por la Banda Sonora
de la película Sobreviviré que no quiso editar ninguna de las grandes, o lo
ocurrido con Operación Triunfo a las que todas las grandes dieron la
espalda en un principio, deben hacer reflexionar a los AR?s y a los
responsables artísticos de los sellos.
La evolución musical que ocurre en la sociedad no es ni mucho menos pareja
a lo que ocurre con la gran industria. Ésta siempre va a la cola de la
industria independiente supliendo su falta de criterio y de talento con
talonarios y fichajes millonarios. Es importante una renovación de los
directores artísticos si queremos que nuestra música avance y tenga un
papel importante en el concierto internacional. Pero somos pesimistas a
este respecto, porque tal y como se está poniendo de manifiesto en los
últimos tiempos, las grandes multinacionales van mermando poco a poco la
capacidad de gestión de sus delegaciones nacionales. Ante esta realidad hay
que apoyar y ayudar a desarrollar nuestra industria independiente, si no
corremos el riesgo de que sólo unos pocos tengan la posibilidad de
desarrollar sus carreras artísticas con continuidad.
Es preciso que la industria se adapte a los nuevos tiempos, la piratería se
debe vencer abaratando el precio de los CD?s. No es lógico su precio, sin
tener presente los costos de producción tan diferentes entre unos artistas
y otros. Hay que hacer una lista de precios más acorde con la realidad. Una
manera de abaratar sería creando dos formatos de CD?s diferentes, uno más
económico y con menos calidad en diseño, imagen y en la promoción, y otro
con mejores contenidos. Como ya ocurre con la literatura, donde una buena
cantidad de títulos tienen dos formatos diferentes: uno con tapa blanda,
casi dos tercios más barato, que el de tapa dura. También hay que optimizar
las producciones y las campañas de promoción. En un caso y otro se
despilfarran grandes sumas de dinero, sin que beneficie ni al producto ni a
la difusión, más bien sólo benefician a los gestores e intermediarios.
No deja de llamar la atención que en todo el tema de la piratería nunca se
ha consultado, ni por supuesto pedida la opinión de los consumidores, a
través de las propias asociaciones que existen al respecto. Este olvido
pone de manifiesto el poco interés, pese a lo que se diga, que la industria
discográfica tiene con los mismos.
--
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