[hackmeeting] texto de pimiento verde
ana
anap en riseup.net
Dom Sep 26 13:51:36 CEST 2004
Hola gente,
Mando este texto que es una especie de propuesta para el caso de que
ocurra acoso sexual, ya se que me vais a decir que en los hackmeetings
no pasa - solo he estado en el de Pula y no me puedo quejar del trato
eh? - pero si alguna vez ocurriese, pues el texto esta aqui, es como
dice un 'marco colectivo' que en otros espacios les habria gustado
tenerlo cuando ocurrio; creo que es un texto incluido en la revista
pimiento verde sobre genero.
Si, es largo:
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Como Enfrentar el Acoso y las Agresiones Sexuales en Espacios
Alternativos: una Propuesta de Proceso
Este documento fue desarrollado por un grupo de trabajo durante un
seminario sobre género que tuvo lugar en Escanda en septiembre de 2003.
Much en s participantes habían estado anteriormente en situaciones en las
que hubiera sido muy útil disponer de un marco colectivo de este tipo.
Por este motivo, desarrollamos este conjunto de recomendaciones a partir
de las experiencias de lo que había y no había funcionado en casos
pasados a la hora de enfrentarse de forma constructiva a situaciones de
agresión sexual en nuestros espacios. La propuesta está basada en la
sugerencia de plan de acción anti-agresiones desarrollado por gente de
Acción Anti-Fascista de Estocolmo, quienes realizaron gran parte del
trabajo, por lo que les hacemos llegar nuestro respeto y reconocimiento.
Nunca trabajaríamos con un racista, así que ¿por qué trabajar con un
acosador o un violador? La lucha contra el sexismo no es menos
importante que la lucha contra el racismo u otras formas de agresión
discriminatoria. Pero el sexismo y los comportamientos sexistas se
aceptan demasiado fácilmente, también en "nuestros" espacios, y la lucha
antisexista a menudo no es una prioridad política real. Esto tiene que
cambiar. La responsabilidad de crear espacios no sexistas tiene que ser
compartida por todo el colectivo. Queremos crear un ambiente donde
quienes sufran comportamientos sexistas o agresiones sexuales se sientan
con la capacidad y fuerza de denunciarlo, y tengan la certeza de que
siempre se les tomará en serio.
Este procedimiento contra las agresiones puede ser parte de un esfuerzo
más amplio para dar prioridad a la creación de ambientes antisexistas.
La incorporación explícita y central de principios y procedimientos
claramente antisexistas en las formas en que organizamos nuestros
eventos y espacios mostraría que nos tomamos en serio la lucha contra
comportamientos sexistas y agresiones sexuales. También permitiría
continuar con otras tareas importantes mientras nos enfrentamos a estos
incidentes, y reduciría en gran medida la confusión, los miedos y la
rabia que siempre se dan cuando se hacen públicos los casos de agresión
sexual o violación. Esto haría nuestros espacios más abiertos y seguros.
Hemos decidido utilizar casi siempre un lenguaje neutral en cuanto a
género en esta propuesta, pues cualquiera puede ser víctima de una
agresión sexual. Sin embargo, también somos plenamente conscientes de
que la inmensa mayoría de las víctimas de estas agresiones son mujeres,
y que una mayoría aún mayor de agresores son hombres.
Nuestor objetivo con esta propuesta es encontrar modos de enfrentarse al
acoso o la agresión sexual y a la violación en todos nuestros espacios.
No obstante, las condiciones para llevar a cabo el proceso serán
diferentes si se trata de un caso local, donde la gente se conoce y hay
tiempo para afrontar los problemas sin prisas, o cuando ocurre en un
evento multitudinario que dura apenas algunos días. Por tanto, es
necesario adaptar esta propuesta a las distintas circunstancias.
En grandes reuniones o encuentros, es buena idea que se designe desde el
principio a una persona o grupo al que cualquiera pueda acudir si siente
comportamientos sexistas o es víctima de una agresión sexual o
violación. La responsabilidad de ésta persona o grupo sería poner el
proceso en marcha lo antes posible y mantener informado al plenario,
para reducir los cotilleos y malentendidos (algo especialmente
importante debido a la vulnerabilidad emocional generada por estas
situaciones). Reconocemos la importancia de tener un proceso abierto y
transparente para que los conflictos relacionados con el género no se
resuelvan a puerta cerrada, como se ha hecho tantas veces. No obtante,
también debemos respetar la privacidad y la confidencialidad de la
víctima, por lo que es importante encontrar un equilibrio entre estos
dos objetivos.
Esta propuesta es una colección de herramientas, no un dogma, hay muchas
formas de enfrentarse a las agresiones sexuales y las violaciones que
deberían ser exploradas, también fuera de nuestros espacios. No hay un
proceso perfecto para enfrentarse a estos temas: cada manera de hacerlo
será una negociación entre ideas importantes como es la justicia, la
autonomía, o la confianza. Este es el equilibrio que proponemos, basado
en los siguientes principios:
a) La víctima siempre define qué cuenta para ella o él como acoso o
agresión sexual o como violación, y el grupo siempre le debe creer.
b) La mayoría de la gente puede cambiar sus actitudes y comportamientos
sexistas, por lo que la exclusión inmediata y final no es la solución
perfecta. El objetivo debería ser la reintegración y la rehabilitación
del agresor en nuestros espacios.
c) Poc en s de nosotr en s tenemos las capacidades necesarias para dar las
atenciones que precisa una víctima de violación ni para rehabilitar a un
violador. En estos casos es mejor acudir a profesionales. Por tanto, las
recomendaciones que siguen no se refieren a situaciones en que se ha
utilizado violencia extrema, sino a casos menos traumáticos de acoso o
agresión sexual, que son desafortunadamente una realidad casi cotidiana
también en nuestros espacios.
Sobre esta base, estos son los pasos que podemos dar sin implicar a las
autoridades estatales:
1) Cuando alguien dé a conocer una agresión o una situación de acoso, o
cuando comienza a haber rumores sobre algún caso, deberían formarse lo
antes posible dos grupo para tratar el caso: el grupo de apoyo a la
víctima, y el grupo de contacto con el/la agresor/a. Mientras estos
grupos no se hayan formado, el/la agresor/a no será bienvenido a las
actividades o espacios donde se haya producido el incidente.
2) Si la víctima está de acuerdo, se debería convocar lo antes posible
una asamblea, para informar sobre la situación y formar los grupos. Si
no hay asamblea, se deben formar los grupos de manera informal.
3) La función de uno de los grupos será hablar con la víctima. Este
grupo debería estar formado por gente de confianza de la víctima confía,
que le sean cercanas. Los objetivos serán:
a) escuchar todo lo que quiera expresar,
b) darle apoyo, y
c) ver qué opinión tiene sobre la forma de llevar a cabo el proceso, y
si tiene alguna sugerencia al respecto.
4) La función del otro grupo será hablar con el/la agresor/a. Sería
positivo que las personas de dicho grupo le conozcan y tengan su
confianza, pero que sean capaces de criticarle y enfrentarse a sus
actos. Los objetivos de este grupo serían:
a) escuchar su versión,
b) hacer llegar esta versión a la víctima, y
c) pedir al agresor una reflexión, que intente ponerse en el lugar de
la víctima para comprender cómo se siente y por qué.
Es importante recordar que es difícil admitir públicamente un acto de
agresión o acoso sexual, por lo que es necesario un cierto grado de
confidencialidad para que el/la agresor/a pueda confrontar sus actos.
No obstante, para limitar los rumores es importante que posteriormente
haya un flujo de información hacia el grupo, una vez que el caso se haya
resuelto.
5) El grupo de apoyo a la víctima y el grupo de contacto con el/la
agresor/a (y la víctima si quiere participar) desarrollarán una línea de
trabajo a seguir con el agresor, decidiendo sobre cuestiones como:
¿Debería el/la agresor/a ser excluido/a totalmente? ¿Podría seguir
presente en contextos y espacios donde la víctima no tenga ningún
contacto con él/ella? ¿Podría el/la agresor/a ser readmitido/a si está
dispuesto/a a admitir su problema y trabajar en su resolución? El motivo
de todo esto es crear una base para que el agresor entienda qué ha
ocurrido - a menos que se trate de un caso de violación o de sexismo
agresivo y consciente, en cuyo caso no hay nada que entender - y el
objetivo es que no repita nunca ese tipo de comportamientos. Durante el
proceso, el grupo de apoyo debe estar en contacto permanente con la
víctima para contarle qué ocurre y ver cómo se siente. Cuando el
problema se saca a la luz, el dolor puede regresar, y tal vez la víctima
necesite aún más apoyo que al principio. El objetivo es ayudar a la
víctima a expresar en palabras lo ocurrido y reforzar su autoestima.
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