[Infos] RE: La batalla de Buenos Aires, episodio II

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Sat Dec 29 12:38:20 CET 2001


  ----- Original Message ----- 
  From: DE INDYMEDIA ARGENTINA 
  To: Lista difusion 
  Sent: Saturday, December 29, 2001 12:14 PM
  Subject: La batalla de Buenos Aires, episodio II


  1er envio para que los medios de comunicación puedan dar la versión de 
  los medios informativos
  del pueblo argentino y no solo la versión de sus dirigentes corruptos.

  La batalla de Buenos Aires, episodio II 
  by Indymedia Argentina 1:07am Sat Dec 29 '01  
  http://argentina.indymedia.org

  Apurado informe mientras seguimos respirando gas lacrimógeno. 
  -Que horas son? 
  -Son las dos y cuarto. 
  Si, nos miramos y los dos entendimos que teníamos que recordar esa hora 
  para el resto de nuestras vidas. Estabamos parados en la puerta, muy 
  contra la puerta de la Casa Rosada, símbolo del poder de Argentina. Nunca 
  ninguna manifestación había llegado hasta allí. 
  Y de esa forma. 
  ¿Y por donde empezar, si no es por ahí?. ¿Como ordenar tantas emociones 
  mezcladas, tantas imágenes, tantos hechos?. Pedimos disculpas por este 
  reporte, escrito todavía con el gusto acído de los gases en la naríz. 
  Esperamos poder ordenar todo lo que vivimos en este día. 

  Cuando todavía eran las once de la noche, y caminabamos por Av. San Juan 
  a la altura de Boedo, se escuchaban algunas cacerolas golpetear contra 
  los balcones. Atrás habíamos dejado un edificio que estaba todo asomado 
  haciendo ruido. Los coches pasaban tocando bocina y allá adelante, a un 
  par de cuadras, se veían algunas familias que cortaban solo un pedacito 
  de la avenida. 
  Seguimos caminando, hasta que un coche amigo nos lleva hasta el congreso, 
  lugar donde la gente se estaba autoconvocando. 
  Autoconvocando, digamos claramente, significa que nadie había llamado a 
  esa manifestación. Grupos de vecinos habían organizado un cacerolazo en 
  Almagro,y tal vez en otros barrios, pero nadie había llamado a marchar al 
  congreso. 
  Ahora estabamos ahí, y eramos miles. Otra vez las cacerolas, la 
  escalinata copada por la gente, las familias enteras protestando y 
  haciendo ruido. 
  ¿Que pedían?. Que vaya Groso del gobierno, que renuncie la corte suprema, 
  que devuelvan los depósitos. Pero también era mas que eso. La consigna 
  "que se vayan todos, que no quede ni uno solo" sigue siendo la favorita 
  de todos; fue la más cantada, también hoy, con el nuevo gobierno. No se 
  trata solamente de tal o cuál personaje oscuro que se hoye en los 
  pasillos del poder; se trata de un click, de algo que se quebró muy 
  profundo y que no se va a curar con una o dos renuncias, o con una 
  elección. 

  El rumor empezó a correr y luego se convirtió en canto; "el pueblo va a 
  la Plaza, nadie nos va a sacar". Una espontánea columna de miles, que se 
  pierde por Av. de Mayo, avanza dedicida. Adelante va una bandera 
  Argentina, y cada paso que damos parecemos ser más. 
  Nos adelantamos para verla llegar, y comprobamos una vez mas; somos miles 
  y miles entrando a la Plaza. 
  Y sigue llegando gente, y llegan las madres, y llegan los motoqueros, 
  envueltos en una ovación, abrazados por el pueblo; los caidos tuvieron 
  hoy su homenaje allí, el mejor que podían tener. 

  Primero saltó un fotografo. Después, un abuelo dijo que él quería entrar 
  por la fuerza para hablar con el presidente. Luego, los jóvenes. A los 
  cinco minutos, a las 2:15 esactamente, eramos todos. Las vallas cedieron 
  enseguida, la policía se replegó hacia un costado, y allí estabamos; 
  frente a las puertas de la Casa Rosada, que de ahora en más no tiene nada 
  de sagrado. 
  Entramos a la arcada cantando lo que todos querían; que se vayan todos, 
  que no quede ni uno solo. Vimos caras de emoción, caras de sorpresa, 
  curiosos que miraban de un poco más atrás y que avanzaban para darse el 
  gusto de tocarla de sentirla suya. 
  La gente estaba enardecida; la noticia de la denuncia de Groso corrió 
  como un rayo, pero sólo sirivió para levantar el ánimo; muchos querían 
  repetir lo mismo que la semana pasada; que se vallan todos, que no quede 
  ni uno solo. 

  Desde Moyano, hasta los radicales, pasando por Menem y Rodriguez Saa 
  todos eran protagonistas de los cantos "sin peronistas, sin radicales 
  vamos a vivir mejor", fue una de las consignas que también se cantaban. 

  ¿Y ahora? La preguntá la resolvió, nuevamente, la policía. Lo hicieron de 
  forma tal que luego sirviera para presentarlo como un acto de defensa 
  propia: enviaron dos policías a "disuadir" a toda la multitud. 
  Obviamente, la muchedumbre no los recibió muy bien, y al no ser 
  "disuadida", comenzaron los gases y las balas de goma. 
  Los dos policías, gordos y fornidos, fueron el sacrificio de las "fuerzas 
  del orden" para comenzar la represión. 
  Con los primeros gases la masa de gente comienza a correr, por diagonal 
  norte y por Av. de Mayo. Un grupo importante se queda en la Plaza, y otro 
  de unos cuantos miles en Av. de Mayo. La gran mayoría de la gente, se va 
  para el Congreso. 
  (Paramos acá para remarcar los siguiente; la movilización se dividió en 
  tres, cuatro pedazos quizá, y sin embargo seguía siendo imponente) 
  En la Plaza aguanta, por Av. de Mayo se levantan barricadas. Algunos se 
  descargan con los bancos, carteles, paradas de colectivo. Desde el balcón 
  de un hotel caro, hombres de smoking miran la escena y hacen muecas. Un 
  joven les comienza a gritar "burgueses hijos de puta" y las muecas se 
  multiplican. Pequeñas anécdotas de la revuelta: una botella de sidra 
  arrojada con buena puntería les cayó la boca oportunamente. 
  En la Plaza la situación se va volviendo mas tensa. La mayoría de la 
  gente está yendo para el Congreso, y todos decidimos ir para allá. 
  En el Congreso, un espectaculo de fogatas se está dando allí, en las 
  escalinatas. Ahora ya no recordamos preguntar la hora. Los mas decididos 
  entran, y comienzan a sacar cosas para alimentar la fogata, hasta que la 
  propia entrada del congreso lo que es una fogata. La entrada del 
  congreso, pasando la escalinata, es una humadera y hay focos de incendio. 
  Dicen que adentro, muy adentro, también hay gente sacando cosas. Sacan un 
  busto, y alguien grita que no lo tiren. La gente forcejea por él, hasta 
  que un manifestante lo lleva y ceremonialmente lo arroja al fuego. 
  La infantería, minutos antes, había retrocedido desbordada. 
  Allí comenzaron los gases nuevamente, apenas cuando el busto caía. Ahora 
  son más, y parece que también viene el hidrante. La gente retrocede, 
  mientras un fornido grupo de jóvenes hace el aguante. Se van, por Callao, 
  un poco corriendo, pero enseguida caminando; correr le da el gusto a los 
  policias, los agranda, nos desoganiza. El grito de no correr se 
  generaliza enseguida. 
  Ahora todos retrocedemos, y algunos gritan ¡a los tribunales, a los 
  tribunales!. Quieren ir por la Corte Suprema de Justicia, la misma que 
  pusieron años atrás en un acuerdo entre peronistas y radicales. 
  Nadie corre ahora; hacemos fogatas, pequeñas barricadas. Otros siguen, 
  ensañados, contra los Bancos. 

  La policía ahora avanza sobre nosotros. El Aire se vuelve irrespirable, y 
  en un segundo aparecen desde todas la esquinas. Doblamos, no queda otra. 
  Vamos por calles oscuras y en cada esquina, en todas y cada una de ellas 
  aparecen camionetas, gases y coches de civil con balas de goma. Es una 
  emboscada. 
  Salimos como podemos. No hay posibilidad de refugiarse y la resistencia 
  es dificil de organizar. Todos, cada uno de nosotros, tira todo lo que 
  pueda para entorpecer el paso de la policía. Doblamos y otra vez la 
  emboscada. Quedamos, un grupo reducido, encerrados en una cuadra. Los 
  coches nos abren las puertas y nos sacan de ahí. 
  Por las calles en las que vamos siguen las corridas. El operativo de la 
  policía dura por lo menos una seis o siete manzanas a la redonda, que a 
  esta hora se vuelven interminables. 
  Salimos, finalmente salimos. El sol comienza a salir y los teléfonos 
  suenan para ver como están todos. Hasta ahora la noticia es de tres 
  detenidos, pero a una media hora de que haya terminado todo, es dificil 
  saberlo. 
  Parece que la historia no da respiro. No le demos respiro a ella.
   
  Indymedia Argentina
  http://argentina.indymedia.org
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