[Infos] RV: ¿Qué solidaridad y para qué ?
kontra
kontra at yahooka.com
Mon Jul 29 20:54:09 CEST 2002
-----Mensaje original-----
De: Ahmed Yacoub [mailto:yacoubahmed at wanadoo.es]
¿Qué solidaridad y para qué?
http://www.mundoarabe.org/sobre_la_solidaridad.htm
Ahmed Hijazy*
Antes de empezar creo necesario decir que este artículo no
pretende descalificar el trabajo solidario realizado por varios
colectivos de solidaridad, ni cuestionar los principios que tienen
todas y cada una de las organizaciones solidarias en el Estado
español. Al mismo tiempo, pienso necesario señalar que el motivo
es una experiencia que llevo viviendo desde hace más de doce años,
durante los cuales he estado observando y participando en
movimiento de solidaridad en tres países árabes y otros tres
europeos. Así, puedo decir que el objetivo que me impulsa a
escribir este artículo es abrir un debate para contestar esta
explosiva pregunta: ¿ sobrevivimos para solidarizar o
solidarizamos para vivir?.
En un momento muy delicado, como el que vivimos hoy, necesitamos
replantearnos muchas preguntas acerca de lo que somos, lo que
queremos, y lo que nos rodea. Y claro, lo primero que viene a
cuento en este contexto es la pluralidad del movimiento
antiglobalización, la diversidad que colorea nuestras marchas,
nuestras manifestaciones y por lo tanto lo que estamos exigiendo.
La marcha del 19 de mayo, convocada por el Foro Trasatlántico de
Madrid, en contra de la Cumbre Hispano Europea y por un mundo
más justo y solidario, fue marcada por la masiva solidaridad con
Cuba y Colombia. Las manifestaciones, de mayo y abril, y en
especial, la de Valencia convocada durante la Cumbre
Euromediterránea y la del 15 de abril convocada por el Foro
Social de Madrid, en contra del genocidio israelí en Palestina,
fueron marcadas por una diversidad política que reflejaba las
distintas visiones políticas sobre lo que piensa cada colectivo de
este centenario conflicto. También, en las mismas marchas de
solidaridad con el pueblo palestino, vimos varias pancartas
exigiendo el fin del genocidio imperialista en Irak, y condenando
el golpe de Estado dado en Venezuela.
Sin embrago, hemos de pensar en lo que defendemos y reclamamos, no
aceptar lo que se nos pone sobre la mesa sin cuestionarlo. O dicho
de otra manera. Todos rechazamos el modelo neoliberal, la
globalización señorial del mercado y las políticas de la nueva
escuela unicornista (de unicornio) del pensamiento único,
impugnamos todo esto por su dimensión explotadora. Pero resulta
más que necesario practicar la crítica con temas que defendemos,
rechazar lo negativo en ellos, y extender la propaganda y la
experiencia de lo positivo en estos temas. Criticar ciertos
aspectos del modelo cubano, no significa pertenecer a la mafia de
Miami, criticar la situación política interna en Irak, no
significa apoyar la política salvaje angloamericana en este país.
Se pueden detallar un sin fin de causas parecidas que estamos
defendiendo en nuestra labor solidaria diaria. Todos recordamos
muy bien nuestro lema durante la guerra de los Balcanes: Ni OTAN
Ni Milosovich. Y de eso, precisamente, hablo; del espíritu que
contiene este lema: de ser justos y a la vez reivindicar un mundo
justo y transparente.
En muchos colectivos de solidaridad que he conocido desde cerca,
pude comprobar que también existe un doble rasero en el
tratamiento que se da a muchas causas de solidaridad. Y en esto me
refiero a los conceptos políticos que caracterizan las posturas
políticas de cada colectivo. Normalmente, no toleramos la
dictadura del capital, de los medios monopolísticos de
comunicación, del modelo social occidental, pero al mismo tiempo
justificamos el totalitarismo que reina en muchas partes del
mundo, y lo hacemos en el nombre de la revolución y la izquierda,
o desde una opinión en la que el punto de partida es la
resistencia en contra del neoimperialismo, las presiones y planes
neocoloniales. Es el caso de Irak, de Cuba y también era el caso
de la Yugoslavia de Milosovich, para no ir lejos y hablar de la ex
Unión Soviética.
Hablar de Irak y Cuba no quiere excluir a otras causas de
solidaridad, pero son los dos casos más claros a la hora de
analizar el doble rasero que reina en el discurso político de
varios colectivos. Y esto tiene mucho que ver con la naturaleza
se entiende ¿no?- de las relaciones y los lazos que se estrechan
entre colectivos independientes y instituciones oficiales en ambos
países que están sometidos a sanciones y embargos estadounidenses.
Cuando leemos la narración fue puesta también en internet a
finales de abril - de un compañero que ha estado de viaje con una
delegación solidaria en Irak hace pocos meses, contando las
entrevistas y encuentros que la delegación celebró con oficiales
iraquíes del partido único permitido en el país, y los demás
encuentros con los gobernadores militares de algunas ciudades
castigadas por ataques angloamericanos; tenemos que preguntarnos
si la solidaridad debería ser entre pueblos o con regímenes. Decir
pueblos o regímenes tiene su porqué, puesto que en realidad no hay
ningún ciudadano - de estos países y residente en el Estado
español que está colaborando con estos colectivos, y cuando lo
hay suele ser de los próximos a sus embajadas y nada
independiente o opositor.
Aunque lo dicho en este último párrafo pudiera molestar a algunos,
tenemos que reconocer que estos hechos no pueden servir ni
contribuir nada positivo a la labor solidaria. La mejor forma para
solidarizar con un país, como Irak, que está siendo amenazado por
EE.UU. y Bretaña es hablar de lo que sufre el pueblo iraquí por
las salvajes sanciones internacionales y las represiones del
régimen de Sadam que utilizó, igual que la alianza imperialista en
la segunda Guerra del Golfo, armas de destrucción masiva contra su
propio pueblo: los imperialistas lo hicieron en varias ciudades
como en Busra, y el régimen en la ciudad de Halabaja. En el mismo
sentido podemos hablar de lo que sufre Cuba y su pueblo, ante las
nuevas acusaciones y amenazas estadounidenses. Podemos hablar de
todo esto, sin olvidarnos de que existen aspectos positivos en
ambos países, pero sin justificar las barbaridades a las que están
sometidos ambos pueblos. Los derechos humanos son pilares que
cuentan en el trabajo de solidaridad internacionalista.
Algunos intentan insinuar que los derechos humanos no son más que
una coartada del neoliberalismo de hoy, pues esta verdad nadie la
puede desmentir, pero sería una cosa muy distinta renunciar a esta
reclamación por ser mal utilizada por los nuevos señores de la
guerra neoimperialista. La lucha por la libertad, la justicia y
la igualdad, siempre ha sido uno de los pilares fundamentales de
la izquierda, por lo tanto recuperar el calor por estos valores es
una tarea urgente para reconstruir un movimiento solidario plural
y de izquierda.
Sin duda, el abandono de ciertas reivindicaciones que, siempre,
han permitido distinguir entre la izquierda revolucionaria y las
otras fuerzas políticas y sociales, incluida, por supuesto, la
izquierda gris reformista, aumentó el deterioro en las filas de
los colectivos revolucionarios y solidarios. La corrupción jugó y
sigue jugando un papel muy importante en este campo, sobre todo
entre movimientos que utilizaban causas muy necesitadas, para
buscar una legitimidad revolucionaria sin merecerla ni en la
practica ni ideológicamente. Un ejemplo, muy cercano que no escapa
a nuestra memoria, es el de la Causa Palestina en la que la
burguesía lidera sus instituciones constituidas en la OLP. Algunos
colectivos habían subido al barco revolucionario, poniéndose
programas progresistas y de liberación para, entre otras cosas,
justificar su existencia y conseguir algo de lo que había. En
cuanto la burguesía palestina dejó (a raíz de los humillantes
acuerdos firmados con el fascismo israelí) de legitimar (o
mantener) a estos colectivos dándoles una cobertura de
credibilidad, los mismos arrinconaron la Causa Palestina, o la
empujaron hacia un tercer o segundo lugar en sus actividades,
buscando otras causas más rentables. En días como hoy, mientras
vemos el genocidio contra los palestinos, ninguno de los
colectivos de aquellos años tiene un representante entre las
delegaciones europeas independientes que están viviendo el horror
sionista al que pueblo palestino está siendo sometido.
Después de la salida de los sandinistas del poder en Nicaragua,
otros colectivos de solidaridad con la Revolución Sandinista
dejaron de mencionar el nombre del Frente Sandinista, marginando,
ignorando y maldiciendo a la magistral lección democrática que los
sandinistas dieron a todo el Mundo, así como la Teología de
Liberación que, nacida bajo el paraguas del Sandinismo, permitió
al mundo saborear un nuevo modelo de movimientos cristianos
comprometidos en la lucha por la justicia y la libertad.
Estando Milosovich sometido a un juicio ante el Tribunal Atlántico
de La Haya, el conflicto de los Balcanes está aún presente.
Durante las masacres cometidas contra los bosnios por el régimen
de ése, podíamos ver y escuchar a quienes, en el nombre de la
izquierda, querían defender a Milosovich y a su régimen,
considerándolos izquierdistas y revolucionarios y rechazando las
protestas que salían a la calle con lemas como Ni OTAN Ni
Milosovich.
Con todo lo dicho anteriormente, volvamos a recordar que los
colectivos de solidaridad necesitan, hoy más que nunca, su
independencia, su transparencia, sus señas de identidad como
colectivos solidarios de una izquierda verdadera; Una izquierda
nada gris y nada reformista. Y para empezar, en esta tarea, hemos
de recuperar nuestros principios, prostituidos hoy por los
reformistas y oportunistas. Son los principios de siempre;
libertad, derechos humanos, justicia social, autodeterminación,
liberación, paz e igualdad. La solidaridad que calla y enmudece
ante las atrocidades y sabotajes -cometidos en el nombre del
progresismo y en contra de nuestros sueños por un mundo más justo
y más solidario- no es capaz de ser transparente ni creíble. Y,
desde luego, los supuestos modelos de solidaridad basados en el
neo-orientalismo y el neo-hispanismo no son más que tendencias
patriarcales que, sin duda, pretenden esconder su oportunismo, su
invalidez moral y su reformismo detrás de una cortina muy noble
como la solidaridad internacionalista entre los pueblos. Por eso
hemos de abrir un debate, hemos de responder las dos preguntas
imprescindibles: ¿ Solidaridad entre pueblos o con regímenes?
¿Sobrevivimos para solidarizar o solidarizamos para vivir?.
* mundoarabe at mundoarabe.org
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