[Infos] BOLETÍN ARMAS CONTRA LA GUERRA Nº7. CIAR
lenterao at sindominio.net
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Fri Mar 7 14:13:52 CET 2003
De: "CIAR" <ciar at amcmh.org>
BOLETÍN ARMAS CONTRA LA GUERRA Nº7. CIAR
El ejército ocultó los riesgos radiactivos a sus propias tropas e incluso
a sus mandos
El comandante médico forense Dr. Doug Rokke, es especialista en guerra
nuclear, biológica, química y en situaciones de urgencia. Fue profesor de
la Universidad Estatal de Jacksonville, Alabama. Veterano de las guerras
de Vietnam y del Golfo, recibió medallas y distinciones por las
responsabilidades asumidas durante la guerra no solamente por parte por
el general Pagonis sino también del propio Norman Schwarzkopf. Durante la
Guerra del Golfo tenía responsabilidad absoluta de coordinar la medicina
preventiva y fue el máximo experto en descontaminación del ejército
estadounidense.
Tras servir en el ejército durante 35 años, hoy es un activo militante
contra la guerra y para la abolición de las armas de uranio empobrecido
(ver contacto al final del boletín).
Doug corrobora (lo que llevamos años denunciando) en una entrevista
reciente que "el uranio empobrecido está contaminado con plutonio,
neptunio, americio ... que sus consecuencias permanecerán eternamente...
no sólo para los veteranos de la Guerra del Golfo, si no para los
residentes en Irak, Kosovo, Afganistán, Okinawa, Escocia, Vieques,
Maryland, Indiana, etc" y concluye "que su utilización es un crimen
contra la humanidad"... (1) En 1992 Doug dio cursos a más de 1.500
miembros del personal de salud y del mando sobre lo que se sabía de los
riesgos ligados a una posible contaminación de las tropas, pero sus
vídeos didácticos sobre el peligro del UE no fueron difundidos a las
tropas.
Más adelante hacia el final de la guerra se le encargó ocuparse del
uranio empobrecido y coordinar un equipo para limpiar los restos. Doug,
señaló que "había óxido de uranio por todas partes, especialmente
importante en los tanques" y que "la contaminación terrestre se extendía
a unos veinticinco metros alrededor de los tanques. No cabe duda de que
nadie habría debido acercarse a menos de veinticinco metros sin trajes
protectores y máscaras adecuadas".
Las máscaras de gas que se distribuyeron durante la Guerra del Golfo no
se mantenían bien sobre la cara y su impermeabilidad no era perfecta lo
que producía un riesgo de inhalación de las partículas de uranio o de
contacto epidérmico con ellas. La única solución son los trajes NBC donde
la máscara está completamente soldada a una capucha que a su vez está
integrada con el resto del traje.
Las máscaras de protección que se distribuyeron estaban mal concebidas.
"Observamos un gran número de disfuncionamientos de éstas máscaras y
reportamos estos déficits hasta lo más alto de la cadena jerárquica.
Pedimos que se resolvieran pero no hubo ninguna reacción". En febrero de
1992 informó al Secretario de la Conferencia sobre Higiene Industrial en
la base de Wright Patterson del Ejército del Aire, en Ohio, de que había
riesgos y de que había que dar tratamientos médicos
y que habría que limpiar los lugares afectados.
Lo dijo y no dejó de decirlo desde entonces. Fue como predicar en el
desierto...Todos los afectados coinciden en que no recibieron información
sobre los riesgos que corrían.
Dean Fahey es autor de un libro publicado a finales de 2000 que se llama
"No busques no encuentres". Actualmente trabaja en el Military Toxic
Project, una asociación militante que estudia los efectos del uranio
empobrecido. Cuenta cómo se enteró de la existencia del uranio
empobrecido. "En otoño de 1990, estaba en la Marina y me entrenaban en la
utilización del Phalanx. Se nos dijo que las balas contenían uranio
empobrecido, pero enseguida nos tranquilizaron: "sí, hay uranio, pero
está empobrecido, no es peligroso, no tenéis nada que temer". (2)
- El caso de Doha, Kuwait 1991. Algunas municiones no explotan en el
momento del impacto, pero se queman y se vuelven muy inestables, basta a
veces tocarlas para que exploten. Es lo que sucedió en Doha. Los hombres
del equipo de limpieza del capitán Doug Rokke estaban intentando proceder
a la descontaminación de los materiales acumulados cuando tras una falsa
maniobra hubo una explosión y todos murieron.4 carros de combate Abrahams
M1A1 cargados de munición de UE, así como 660 obuses de 10 mm y 9 720 de
25 mm, se quemaron. Eso representa unas 5 toneladas de UE.(3)
Dan Fahey, asesor legal y funcionario de ayuda social en "Swords to
Plowshares", una organización de veteranos de San Francisco describe el
incidente durante el cual las tropas fueron expuestas al uranio
empobrecido sin saberlo: "Hubo un incendio en 1991 en Doha, Kuwait, en el
que varios miles de cartuchos de uranio empobrecido se quemaron. Hubo
varias explosiones durante seis horas y el fuego arreció hasta el día
siguiente. Debido al Acta de Libertad de Información, nos enteramos de
que mientras el fuego tuvo lugar, un equipo de destrucción de artillería
se introdujo en el lugar del incendio.
Pero antes de llegar, avisaron a los comandantes de la base de Doha de
que los cartuchos de uranio empobrecido estaban quemándose, así que debía
mantener a la gente alejada del área que estaba a favor del viento y usar
protección respiratoria. Y ahora sabemos que este mensaje nunca se
transmitió a las tropas. Como resultado, mucha gente estuvo expuesta
durante el incendio".
Fahey sigue explicando que las tropas también fueron expuestas después
del fuego, ya que no hubo ningún aviso sobre la presencia de
contaminación por uranio empobrecido; a las tropas se les ordenó limpiar
el recinto con escobas, palas y sus propias manos sin ningún tipo de
protección.
Según el Proyecto de Educación sobre el Uranio Empobrecido, "El incendio
en la base estadounidense de la Armada Negra en Doha, Kuwait, destruyó
más de 660 balas de tanque de gran calibre con uranio empobrecido, 9.720
cartuchos de pequeño calibre con uranio y cuatro tanques M1A1 con
munición de uranio empobrecido también. Alrededor de 9.000 libras de
penetradores de uranio empobrecido se perdieron en el incendio,
exponiendo miles de combatientes a los óxidos de uranio existentes en el
aire".(4) Las concentraciones de polvo de uranio nunca fueron medidas
afirma el capitán Doug(5). Probablemente porque ya se suponían sus
resultados catastróficos que era preciso ocultar.
A pesar de los ya conocidos problemas de salud de los veteranos, el
informe de la Armada de los Estados Unidos sobre las exposiciones al
uranio empobrecido en Doha no ha sido publicado ni comunicado al Comité
del Consejo Presidencial de la Enfermedad de la Guerra del Golfo, y las
tropas siguen estando apostadas en este territorio altamente contaminado
y peligroso como Doha.
El caso de Doha no es una excepción. Por ejemplo, el cementerio de Udairi
en el oeste de Kuwait contiene una gran parte de los desechos de
vehiculos destruidos en la Guerra del Golfo. En el norte hay una zona de
entrenamiento militar.
En noviembre de 1994 los controles estadounidensese mostraron dosis de
radiactividad hasta de 24 veces la dosis fraudulentamente calficada como
admisible. Pero en ningún momento (tampoco en 1998), se hicieron
mediciones en el terreno de entrenamiento y de pruebas(6). Es preciso
resaltar que en estos terrenos es donde, desde hace 9 años, varios miles
de soldados estadounidenses se han entrenado y han sido contaminados por
el UE.
El capitán David Keefer era responsable de todas las municiones empleadas
en la operación Tempestad del Desierto incluyendo las de uranio
empobrecido. Su trabajo consistía en comprobar el almacenamiento y el
transporte hacia las unidades. Trabajó con el capitán Doug Rokke
enterrando los vehículos en el fondo de un agujero en Arabia Saudita
envueltos en materiales aislantes.
Es preciso plantearse ¿aislantes por cuánto tiempo comparado con los
miles de millones de años que dura su radiactividad?. Lo que
fraudulentamente se llamó descontaminación. Sus hombres no llevaban
protección sencillamente porque no las tenían, no se les había
proporcionado a pesar de que iban a trabajar con materiales altamente
contaminados.
A pesar de que él no estuvo en contacto directo con los desechos y que su
papel consistía en coordinar las operaciones, enfermó. Lo primero que
tuvo fueron terribles dolores de estómago seguidos de diarreas violentas
que podían durar desde algunas horas a quince días, luego dolores
articulares, migrañas violentas, problemas gastrointestinales, erupciones
cutáneas.
Su personal tuvo toda clase de enfermedades. Por ejemplo, menciona el
caso de su superior que sangraba por la boca, tenía graves problemas
pulmonares. Los test de diagnóstico de tuberculosis y de hepatitis B eran
positivos sin que estuviese afectado por estas enfermedades, su piel se
decoloraba por placas enteras, se encontraba débil, fatigado y tenía
dolores articulares. Los médicos se encontraron totalmente sobrepasados y
fueron incapaces de decirle qué es lo que le pasaba(7)... No se dieron
cuidados médicos a ninguno de los que trabajaron en la recuperación,
civiles o militares, que manipularon materiales contaminados durante dos
años.
Los civiles y militares miembros del equipo de Doug no se beneficiaron de
tratamiento ni de examen alguno. La mayoría de ellos están enfermos o
muertos.
A él mismo no se le dio tratamiento médico a pesar de que se encontraba
enfermo. Incluso durante dos años se le ocultaron los resultados de sus
análisis, disponibles en el Ministerio de la Energía desde marzo de 1995,
que se le habían hecho por tener problemas renales y respiratorios. Tuvo
que intervenir un general para que finalmente se los dieran el 30 de
junio de 1997, dos años y medio después. El informe decía: "Como el
uranio en su cuerpo es cinco mil veces la dosis admisible, usted podría
tener necesidad de ayuda. -" .- Cuando pregunté ¿qué ayuda podrían
darme?, me respondieron.- ninguna... Increíble", comenta Doug.
"En Noviembre de 1994 mi excrección urinaria era de 1.500 microgramos por
día... pero pasaron 2 años antes de que me lo dijeran... A pesar de que
según las directrices del Departamento de Defensa de 1992, si eliminas
más de 15 microgramos por día hay que hacer tests inmediatamente y si es
más de 250 microgramos por día debes tener asistencia médica continua y
ser hospitalizado." "Eso es lo que hicieron a un especialista de su
equipo encargado de los problemas de uranio empobrecido, al director del
proyecto que conocía los hechos y que había planteado preguntas. Podemos
plantearnos ¿qué es lo que hicieron con el soldado medio, qué es lo que
hicieron con las mujeres y los niños" (8)...
La respuesta es: absolutamente nada, sino chantajearles para que no
declararan su enfermedad ni se enfrentasen a las autoridades (ver
próximos boletines). Contacto con el comandante D.Rokke :
Dlind49 at aol.comA
sí que:.Soldadito, soldadito antes de ir a la guerra piénsatelo un
poquito ...
1 The war against ourselves, interview with major Doug Rokke.
www.yesmagazine.org
2. Entrevista con Dean Fahey en Maisonnier y col.: Frederic Loore, Roger
Thilling "uranium appauvri. La guerre invisible". Robert Laffont. Paris.
2001
3. Christine Abdelkrim - Delanne. Guerre du Golfe. La salle guerre propre.
Cherche midi editeur. París 2001.
4. Entrevista de Gary Null con Dan Fahel 23 Julio 1997. Citado en "The
Gulf War´s troubling legacy" Townsend letter for doctors números de
Agosto, Septiembre Octubre 1988.
5. Entrevista en Meisonnier op cit 2
6. Christine Abdelkrim - Delanne. Op cit 37. Maisonnier y col.: op cit 2.
8. Entrevista en el video reportaje de Maisonnier emitido por canal plus
España en febrero del 2000 en documania cesurado con 11 mn. menos que el
original emitido en Francia y en Bélgica " uranium appauvri. La guerre
invisible".
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