[Presos] Un caso extraordinario, desgraciadamente un caso más.

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Mon Oct 22 19:41:59 CEST 2001


Me he permitido copiar y enviaros estos articulos aparecidos en el periodico
GARA del domingo 21 de octubre. Se comentan por si solos.

Obelixe

GARA 01/10/21

 DENUNCIA DE TORTURA A MANOS DE LA GUARDIA CIVIL

Las fotografías corroboran el testimonio sobre la aplicación de electrodos a
Iratxe Sorzabal
Las fotografías que el médico forense mandó tomar a Iratxe Sorzabal durante
su visita al hospital mientras estuvo detenida por la Guardia Civil, que
ayer fueron difundidas por Torturaren Aurkako Taldea (TAT), corroboran los
malos tratos que esta joven denunció ante el juez haber sufrido tras su
arresto. Asimismo, el informe realizado por la médico Itxaso Idoiaga señala
que existen «hallazgos objetivos» de la «aplicación de electrodos», además
de un «traumatismo cervical con flexión forzada de la columna cervical», y
pone de relieve que el testimonio de la víctima es «consistente» con los
resultados de las pruebas médicas practicadas.Mirari ISASI | BILBO

Torturaren Aurkako Taldea (TAT) difundió ayer públicamente las fotografías
tomadas tras el ingreso de Iratxe Sorzabal en el Hospital Clínico San Carlos
de Madrid, apenas 24 horas después de que fuera detenida por la Guardia
Civil en Hernani el 30 de marzo de 2001.

Las imágenes fueron realizadas a instancias del médico forense titular de
los juzgados centrales de Instrucción número 2 y 5 de la Audiencia Nacional,
Angel Canelada, que la visitó en dependencias del instituto armado y que, a
la vista de su estado y de su testimonio, ordenó su ingreso hospitalario
para ser sometida a diversas pruebas médicas.

Estas fotografías, que obran también en poder de los tribunales y del
Ministerio español de Interior ­que las solicitó­, corroboran el testimonio
que ofreció de los malos tratos y torturas sufridos durante su
incomunicación en manos de la Guardia Civil. Cuando fue llevada ante el juez
Ismael Moreno, Iratxe Sorzabal sólo declaró sobre este extremo y detalló el
trato recibido. Actualmente es el Juzgado Instrucción número 13 de Madrid el
que instruye la correspondiente denuncia judicial.

La de Iratxe Sorzabal, que se encuentra en libertad desde el 13 de
setiembre, también es una de las ocho denuncias de malos tratos efectuadas
por ciudadanos vascos que está investigando el Comité para la Prevención de
la Tortura (CPT) tras una visita a las cárceles del Estado español.

Las imágenes que difundió ayer el TAT y hoy reproduce GARA muestran las
lesiones visibles ­que se corresponden con el término médico de
«dermatosis»­ que presentaba Sorzabal en sus costados, principalmente en el
derecho, así como la sutura de la biopsia que sobre ellas le realizaron en
el hospital.

En su testimonio, Sorzabal indicó que, seis horas después de su detención y
una vez concluido el registro de su domicilio, dos de los guardias civiles
que le trasladaron en coche hasta Madrid le aplicaron electrodos durante
todo el trayecto, además de otras torturas y malos tratos que no dejan
huellas visibles. Las fotografías ratifican lo que contó la víctima.

«El que estaba a mi derecha ­según su relato­ sacó un aparato que llevaba
entre las piernas y comenzó a darme descargas en el costado derecho,
mientras que el que iba a mi izquierda cogió una bolsa de plástico y me la
puso en la cabeza impidiéndome la respiración y casi hasta asfixiarme. Los
golpes en la cabeza que me daba el que iba delante ­prosigue­ eran
continuos. Y, además, el que iba a mi derecha me sobaba el pecho (...) Perdí
el conocimiento en dos ocasiones por lo menos y me oriné encima».

Más adelante añadió: «El de mi derecha dijo que se le habían acabado las
pilas del aparato, las cambió y comenzó de nuevo con las descargas. En un
par de ocasiones le pasó el aparato al que estaba a mi izquierda y éste
también me aplicó descargas, en la parte izquierda. Eran constantes los
electrodos, los golpes, la bolsa, las sobadas, los gritos, insultos y
amenazas, todo a la vez».

Al llegar a la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid, donde entró
atravesando un pasillo de guardias que le propinaron «una paliza muy corta
pero brutal», fue visitada por el médico forense Angel Canelada, que ordenó
que fuera traslada al hospital y le tomaran fotografías.

«Fuerte carga emocional»

En su primer informe, el forense recogió que la paciente le indica «que no
le toque» y que «tiene una fuerte carga emocional». Sorzabal apuntó en su
testimonio que no creyó que fuera médico: «Cada vez que se me acerca yo me
sobresalto por el miedo que tengo (...) Estoy como una media hora en aquella
habitación, sentada en una silla, temblando, sin poder hablar y llorando».

Sobre las doce del mediodía del día 31, la joven irundarra recibió una
segunda visita de Canelada. Entonces, le contó el trato al que le estaban
sometiendo y le mostró las marcas que tenía con la esperanza de recibir
ayuda. El forense observó «una dermatosis» y recogió la alegación de golpes
en la cabeza, decidiendo su traslado al hospital.

Mientras estaba siendo sometida a diferentes exámenes médicos, el juez
Ismael Moreno prorrogó la incomunicación.

Los informes hospitalarios destacan la presencia de una «cefalea con
cervicalgia mecánica, contractura cervical y subluxación posterior C3-C4»,
una «contractura de trapecios» y unas «lesiones de aspecto reticulado de
coloración eritemato-violáceo-marronáceo que en algunos puntos hace
microvesiculación» en el costado derecho y lesiones aisladas de las mismas
características en el izquierdo. Es decir, las que se ven en las imágenes.

En base al testimonio de la víctima y a esos informes, Itxaso Idoiaga,
médico designada por la familia, realizó un informe en el que concluye que
«las alegaciones de maltrato son consistentes con los resultados de los
exámenes médicos practicados».

Constata que existen «hallazgos objetivos» sobre «aplicación de shocks
eléctricos (electrodos) y traumatismo cervical, con flexión forzada de la
columna cervical». Además, señala que hay «evidencias subjetivas sobre:
asfixia con una bolsa de plástico y otras formas alegadas».

Con respecto a estas últimas, Iratxe Sorzabal se refirió además a flexiones,
golpes y, en su aspecto sicológico, a la privación sensorial mediante la
imposición de un antifaz, a las continuas amenazas ­con amagos de violación
incluidos­ contra su persona y sus familiares, a las humillaciones contra su
dignidad y autoimagen y a las torturas sexuales (tocamientos).

A la hora de valorar las lesiones que se aprecian en las fotografías, que
Idoiaga no vio antes de hacer su informe, y una vez excluidas las
enfermedades que originan dermatitis de estas características, al no existir
patologías relacionadas con ésta, ni toma de medicamentos y a la vista de su
localización y forma mantiene, la médico diagnosticó, que se trata de
«dermatitis vesicular por quemadura eléctrica», equiparables a las de
segundo grado. A este respecto, recordó que la descripción que de esta
patología recogen los libros especializados y la de las marcas que
presentaba Sorzabal son «exactamente igual». Además, indicó que su
localización y el relato de la víctima coinciden.

Respecto a las lesiones cervicales, Idoiaga manifiesta, tras descartar una
patología previa o una crónica, que se trata de «un traumatismo reciente
compatible con mecanismo de flexión forzada mantenida durante las horas
referidas por la paciente».

En cuanto al maltrato que no deja marcas visibles, la médico señaló que,
desde el punto de vista teórico-clínico, la sintomatología que describió
Iratxe Sorzabal es «verosímil», por lo que resaltó la fiabilidad de su
testimonio



UN CASO EXTRAORDINARIO

Tanto la madre de Iratxe Sorzabal como los representantes del TAT subrayaron
la excepcionalidad de que se puedan sacar a la luz imágenes de las secuelas
de la tortura.

F. FERNANDEZ

Mari Nieves Díaz acudió ayer al Kursaal para dar testimonio de lo que ha
sufrido su hija desde que fue detenida el pasado 30 de marzo. Cuando los
representantes de Torturaren Aurkako Taldea se disponían a mostrar a los
periodistas las imágenes de las quemaduras por electrodos en el cuerpo de
Iratxe Sorzabal, su madre tuvo que abandonar la sala donde se desarrolló la
rueda de prensa. «Yo no he visto las fotos y no quiero verlas. No soy
masoquista. Ya sé lo que ha pasado mi hija, he estado con ella y lo he
visto». Con esas palabras explicó la sensación que le producía volver a
recordar el testimonio de su hija.

Tras regresar a la sala de prensa una vez que el médico Justo Atistrain
resumiera los informes médicos (recogidos en las páginas anteriores), Mari
Nieves Díaz tuvo palabras de reproche para los medios de comunicación. «Los
periodistas también tienen parte de culpa en que todo esto no llegue a la
calle. Ahora tienen la oportunidad de sacar a la luz lo que han visto.
Espero que tengan un poco de conciencia después de haber visto estas fotos.
Yo, en algunos momentos, siento pena de que un hijo mío sea periodista y de
que se haya metido en un mundo en el que todo sea falso», comentó sin
disimular el enfado que le provoca observar el tratamiento que la mayoría de
los medios dan a las denuncias de torturas.

En cuanto a la situación actual de su hija, sus palabras también fueron
tajantes. «Desde el 13 de setiembre no se atreve a hacer vida pública.
Piensa que pueden volver a secuestrarla. Lo suyo fue un secuestro en toda
regla, ya que hasta que no llegó a la Audiencia Nacional no sabíamos dónde
estaba, hasta ese momento no nos dijeron que estaba en las dependencias de
la Guardia Civil», relató.

Por su parte, Iñigo Elkoro mostró su esperanza de que el material
fotográfico expuesto ayer en Donostia cambie la actitud no sólo de los
medios de comunicación que en su día no se hicieron eco del testimonio de
Sorzabal, sino también de instituciones, formaciones políticas y algunos
colectivos de Derechos Humanos. «Esperamos una respuesta especial de todos
aquellos que, en otras ocasiones, ante las denuncias de torturas, se escudan
en la ''falta de pruebas''», subrayó el abogado. En ese sentido, Elkoro
recordó que TAT está desarrollando una serie de contactos con agentes
políticos, sindicales y sociales para reforzar una dinámica que tiene por
objetivo la erradicación de la tortura.

Al mismo tiempo, asumió que la disponibilidad de las fotografías realizadas
por orden de un forense de la Audiencia Nacional convierten al de Iratxe
Sorzabal en «un caso extraordinario», matizando que han sido muchos los
ciudadanos vascos «detenidos y torturados» sin que se puedan aportar este
tipo de pruebas. Precisamente, el letrado destacó el papel que asumen los
jueces de la Audiencia Nacional en estos casos. «Ellos tienen medios para
evitar la tortura», afirmó el representante de TAT, que informó de que este
colectivo está analizando la posibilidad de actuar judicialmente contra
Ismael Moreno, magistrado titular del Juzgado Central de Instrucción número
2, que fue el primero en recibir el testimonio de torturas de Sorzabal.

Los portavoces de TAT también retaron al Gobierno español a que presente el
informe que el Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa
ha realizado sobre el caso de Iratxe Sorzabal.*













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