[unomada-info] Presentación En el principio... fue la línea

emmanuel en sindominio.net emmanuel en sindominio.net
Lun Mayo 19 11:56:50 CEST 2003


presentación del libro de Neal Stephenson, En el principio... fue la línea
de comando, Madrid, 2003, Traficantes de Sueños. Jueves 22 de mayo a las
19:00 en la Fundación Aurora, C/ hortaleza 19-1º Derecha
Se acaba de publicar el libro de N. Stephenson, En el principio fue la
línea de comandos publicado en la biblioweb de sindominio Y del que
reproducimos uno de los prólogos (escrito por Miquel Vidal) para todos
aquellos que quieran asitir a su presentación.

Hace años que los fabricantes de sistemas operativos --como Microsoft o
Apple-- dedican ingentes recursos a ocultar cómo funcionan realmente los
ordenadores, se supone que con la idea de simplificar su uso. Para ello,
algunos de sus mejores ingenieros han inventado toda clase de metáforas
visuales e interfaces gráficas, lo cual ha permitido que mucha gente se
acerque a los ordenadores personales sin sentir pánico o sin provocar
grandes gastos de formación de personal a sus empresas. Pero,
lamentablemente, construir ese muro de metáforas en forma de interfaz
gráfica entre el ordenador y el usuario (conocida como GUI) ha tenido un
coste social y cultural muy notable, al contribuir decisivamente a que la
tecnología que subyace al ordenador se perciba como algo mágico, sin
conexión alguna entre causas y efectos, recubriendo de un formidable manto
de ignorancia todo lo que realmente sucede. Eso ha propiciado estrategias
comerciales basadas en el engaño y la trampa, cuando no abiertamente
delictivas y explica que productos muy deficientes, como el propio
Windows, sean consumidos masivamente y tolerados por el gran público, que
soporta resignadamente una mercancía plagada de errores y sin garantía
real alguna, que acepta las pérdidas de datos, los virus, las
vulnerabilidades, el control sobre su intimidad y toda clase de errores
inesperados como algo natural, inherente al propio ordenador, y no al
sistema operativo que lo hace funcionar. El último --y gravísimo--
atropello planificado por parte del principal constructor de interfaces
amigables tiene el nombre de TCPA/Palladium y pretende universalizar el
software propietario con código malicioso incorporado. Hoy son las
empresas las que «legislan» de facto mediante la tecnología y, de
imponerse dicho sistema --una auténtica conspiración de Microsoft e Intel
contra libertades básicas de las personas--, permitiría realmente la
censura remota, la intrusión y el control de los ordenadores personales
por parte de las corporaciones multimedia y de los gobiernos, a espaldas
del usuario y sin su consentimiento.

La «cultura de la interfaz» se ha impuesto, pero para llegar a ese punto
ha hecho falta un largo recorrido salpicado de guerras no declaradas, una
auténtica «lucha de clases en el escritorio» que nos ha llevado desde la
línea de comandos hasta las vistosas interfaces gráficas actuales. Es
precisamente esa historia la que nos narra, de forma amena y desenfada,
Neal Stephenson, autor por cierto de algunas de las mejores novelas de
ciencia-ficción de la última década, tales como Snow Crash y
Criptonomicón.

Existe una comunidad, una cultura compartida, de programadores expertos y
gurús de redes, cuya historia se puede rastrear décadas atrás, hasta las
primeras minicomputadoras de tiempo compartido y los primigenios
experimentos de Arpanet. Los miembros de esta cultura acuñaron el término
hacker. Los hackers construyeron la Internet. Los hackers hicieron del
sistema operativo Unix lo que es en la actualidad. Los hackers hacen andar
Usenet. Los hackers hacen que funcione la WWW. El heredero de esa cultura
es el movimiento del software libre, y su buque insignia: GNU/Linux. En
ese ámbito sigue muy viva la interfaz de línea de comandos de la que nos
habla Stephenson. Tal circunstancia no responde a ninguna clase de
nostalgia o excentricidad, ni se debe solo a una decisión técnica, sino
política, pues con ello se ha mantenido intactos el poder y la capacidad
de decisión del usuario sobre lo que hace su máquina. Es de esta historia,
no muy conocida fuera del ámbito hacker, sobre la que nos ilustra EN EL
PRINCIPIO... FUE LA LÍNEA DE COMANDOS. La obra que presentamos constituye
un ensayo sobre el pasado y el futuro de los ordenadores personales, un
recorrido personal y subjetivo --pero no por ello menos preciso-- a través
de la evolución de los sistemas operativos que el autor ha conocido
--Windows, MacOS, Linux, BeOS-- y de la actitud que han representado a lo
largo del tiempo cada uno de estos en el uso y el tipo de usuario a los
que ha dado lugar. No es un libro que trate de evaluar o comparar
técnicamente las prestaciones de los distintos sistemas operativos, ni que
aborde la típica (y artificiosa) controversia entre usuarios de Mac y de
Windows. De hecho, Stephenson sitúa correctamente en el mismo plano a
Apple y a Microsoft, como dos caras de la misma moneda: tal y como no hay
diferencia cualitativa entre un fabricante de ferraris y otro de ladas
(por mucho que estética e incluso funcionalmente no haya comparación
posible), tampoco la hay entre Redmond y Cupertino: ambos gigantes
representan un modelo basado en el código cerrado, en la restricción y la
apropiación de las fuentes del conocimiento y en la venta de licencias.

La alternativa al software propietario no es otro software propietario que
funcione mejor o sea más vistoso, o nos salga gratis, sino un modelo de
desarrollo y uso del software que devuelva a los usuarios de ordenadores
el poder y la libertad que han ido perdiendo a lo largo del tiempo o, aún
más, que permita a los usuarios autoorganizarse para ello: ese, y no otro,
es el valor del software libre, mucho más que sus excelencias técnicas,
las cuales, siendo indiscutibles, no dejan de ser un hecho circunstancial.
¿Y qué es lo que caracteriza pues al software libre? el permiso de copiar,
modificar y redistribuir el código (incluyendo su venta), con una única
restricción que se puede sintetizar con el título del himno de Caetano
Veloso y del Mayo francés: «prohibido prohibir», y que los hackers
comprimen aún más llamándolo «copyleft». Esto no es una simple utopía de
informáticos libertarios, sino la columna vertebral de Internet (más del
60% de los servidores web se basan en un software libre llamado Apache),
el modelo de negocio de numerosas empresas y el sistema que usan ya más de
veinte millones de personas en sus ordenadores.

Esta obra sin duda supondrá un punto de vista novedoso para el usuario no
especializado, pues le descubrirá de modo ameno un mundo que no es el que
le han contado en las revistas de informática, ni en los rutilantes
anuncios de las grandes compañías de software propietario, que prometen
facilidad de uso a cambio de aceptar la entrega ciega e incondicional a
sus productos. Neal Stephenson muestra que no es oro todo lo que reluce
debajo de esa metáforas visuales y esos vistosos y (se supone) intuitivos
escritorios, que se han impuesto a costa de un ejercicio tramposo de
idealización equivalente a las películas de Walt Disney.

Hay que hacer una pequeña aclaración en cuanto a la excelente traducción
de Asunción Álvarez. En el texto aparece a menudo «software gratis» como
traducción castellana de free software. En inglés, el término free es
polisémico, y puede significar tanto libre como gratis. Sin embargo, free
software, referido al movimiento que abandera GNU/Linux, se emplea siempre
en el sentido de libertad, no de precio, y debe traducirse como «software
libre». Pero Stephenson usa muchas veces a lo largo del texto free en un
sentido inequívoco que indica gratuidad y por supuesto la traductora ha
respetado dicho sentido. Cuando el autor quiere referirse a «software
libre» opta por la denominación open source («fuente abierta»). El
software libre es libre incluso para ser vendido. Que el software se pueda
copiar sin restricciones hace que tienda a llegar al usuario a coste cero,
lo cual es distinto a que no haya costado nada producirlo o a que alguien
no haya pagado por su desarrollo: la gratuidad, cuando se da, es una
consecuencia del modelo de libre copia, no su razón de ser.

Para elaborar este libro se ha empleado únicamente software libre, en
concreto el sistema de composición de textos LATEX, el editor GNU Emacs y
el corrector Ispell, con los que se ha controlado todo el proceso hasta la
salida final en un fichero «postcript» para la imprenta. Tenemos el empeño
explícito por mostrar con hechos que el resultado de la maquetación con
herramientas libres es incluso superior que el que se obtiene con los
carísimos programas comerciales que se utilizan en la composición de
libros en papel. Tampoco se ha usado interfaz gráfica: todo el proceso se
ha realizado sin efectuar un solo click de ratón desde una terminal de
línea de comandos (GNU bash). Una versión digital de este libro,
libremente reproducible para uso personal, puede encontrarse en la
Biblioweb de sinDominio.

Solo nos queda agradecer la cesión de la traducción a Asunción Álvarez y
ciberpunk.org, en cuyo sitio se encuentra otra versión en línea de este
ensayo. También deseamos que conste nuestro agradecimiento a Pedro Jorge
Romero, por permitirnos reproducir la reseña que hizo para el Archivo de
Nessus.





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