[unomada-info] Notas desde Blockupy Frankfurt, por Sandro Mezzadra
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Mar Mayo 29 16:55:17 CEST 2012
http://madrilonia.org/2012/05/notas-desde-blockupy-frankfurt/
http://uninomade.org/note-da-blockupy-francoforte/
*Notas desde Blockupy Frankfurt*****Sandro Mezzadra, UniNomade1. This is
what democracy looks like
La cita, el jueves 17 de mayo, es en Paulsplatz, un lugar cargado de
significados en la historia política alemana. Aquí (en la Paulskirche) se
reunió después de la revolución de marzo la asamblea constituyente del
1848, que promulgó la primera Constitución alemana antes de ser abrumada
por la reacción. Muchos de los manifestantes que se acercan en pequeños
grupos a la plaza tienen en mente el texto de otra Constitución, aquella
alemana-federal del 1949, y llevan carteles que recuerdan los artículos
sobre los derechos fundamentales. Durante dos días, Frankfurt vive en un
grotesco estado de excepción, con la suspensión consiguiente de los
derechos fundamentales, en primer lugar el de demostrar y expresar
libremente la disidencia, en teoría (y por razones obvias) fuertemente
protegido en Alemania.
La concentración en Paulsplatz también ha sido prohibida, convocada por una
coalición de asociaciones para la defensa de los derechos fundamentales. Y
cuando nos encontramos en las calles en un par de cientos, la policía
cierra todos los accesos. Cada vez que alguien habla por un megáfono, los
altavoces de la policía repiten que la manifestación está prohibida,
asfixiando la voz de protesta con el poder de los decibelios.
<http://madrilonia.org/wp-content/uploads/2012/05/occupy_frankfurt.jpg>
Foto: Dario Lovaglio
Un par de horas después, mientras que en otras partes de la ciudad grupos
de manifestantes están rodeados por la policía, muchos de ellos retenidos y
alejados de Frankfurt, en la plaza central de la ciudad (el Römer)
trescientas personas consiguen reunirse. Se monta alguna tienda de campaña,
y de repente queda claro que la policía no lo va a tolerar. En un momento
millares de agentes rodean la plaza, intervienen con decisión levantando
del suelo a cada manifestante, llevándolo fuera de la plaza. Todavía son
muchos los que siguen mostrando la Constitución a la policía, pero estos no
parecen hacer caso. La situación es surrealista: un dispositivo masivo de
policía, la adrenalina de los hombres y mujeres en uniforme, niños y
ancianos arrastrados, alguien resulta herido. Todo eso para disolver una
sentada pacífica.
Estas son escenas que se repiten el viernes, pero la policía esta vez no
consigue evitar que un grupo de manifestantes ocupe un pequeño espacio en
frente a las vallas erigidas para proteger la sede del Banco Central
Europeo. La presión de la policía sigue siendo sofocante, pero quien ha
logrado llegar hasta aquí puede consolarse con la vista del distrito
financiero de Frankfurt aparentemente paralizado. Comienza a circular un
primer balance que será utilizado por el histórico periódico liberal
“Frankfurter Rundschau”, después de la manifestación del sábado: los
banqueros han cerrado los bancos, la policía bloqueó la ciudad.
Sentimientos contradictorios al final de los dos primeros días que pasé en
Frankfurt: las cosas están así, la reacción de la prensa será decididamente
positiva, no serán pocos en escribir en los principales periódicos que
Blockupy Frankfurt ha ganado. Escenarios apocalípticos construidos por la
policía para justificar el dispositivo de seguridad masiva (cinco millones,
una suma considerable, incluso en Alemania) se superponen con imágenes de
mujeres ancianas arrastradas por agentes disfrazados de Robocop. Alguien
bromeó sobre la indignación de la canciller Merkel por la violación de los
derechos humanos en Ucrania… Por otro lado, la sensación es la de haber
participado en una escena y, al mismo tiempo en un experimento. No podría
ser una representación más eficaz, en el corazón financiero de Europa, de
la brecha entre el capitalismo y la democracia, que es uno de los temas que
subyacen a la crisis que estamos viviendo en esta parte del mundo. La
crisis de legitimidad del capitalismo en la crisis económica se ha hecho
evidente en Frankfurt en toda su violencia potencial, con una especie de
anticipación experimental de lo que podría suceder si el célebre “modelo
alemán” comienza a tambalearse.
“Esta es vuestra democracia “, coreaban los manifestantes en las calles de
Frankfurt. Un lema con doble sentido: “su” democracia es el estado de
asedio de la policía, “nuestra” democracia es la real, aquella de las
acampadas y del movimiento Occupy, y es la que se alimenta de la
resistencia y la lucha dentro y contra el crisis. No éramos muchos en
Frankfurt el jueves y viernes: varios autobuses fueron detenidos en la
entrada de la ciudad y enviados de vuelta, el clima de miedo creado en las
últimas semanas ha tenido sin duda su “eficacia”, y cada vez que uno se
movía físicamente sentía una especie de límite impuesto por la presencia de
la policía. Pero la determinación e incluso la alegría de los que allí
estaban fue una gran expresión de su conciencia de ser parte de un
movimiento mucho más grande, que materialmente construye un horizonte de
alternativa radical a la crisis.
2. A-anti-anticapitalista
El sábado el día comienza pronto, con reuniones y preparación de la
manifestación, la única manifestación autorizada entre todas las
iniciativas programadas por la coalición Blockupy Frankfurt. Una vez
llegados a la concentración está claro que será una gran manifestación.
Desde la región de Frankfurt, desde toda Alemania, desde Europa, llegan
autobuses y trenes. Están las banderas de Attac y de Linke, algunos
sindicatos (especialmente los de servicios , verd.di) ecologistas
anti-nuclear, pero sobre todo jóvenes. La atmósfera es serena, alegre, pero
hay también mucha preocupación: se dice que la policía hará cualquier cosa
para provocar, hará de todo para obtener “imágenes” que justifiquen el
estado de excepción de estos días, que de alguna manera borren las del
jueves en Römer.
Es lo que se repite durante la manifestación. Cuando se junta el “bloque
anticapitalista” la policía lo rodea, intenta romper en dos la
manifestación. Pero esta vez no consiguen el intento: mientras, Attac y la
Linke, que se encuentran atrás y en la cabecera del “bloque
anticapitalista”, rechazan cada intento de la policía de conseguir la
separación de los manifestantes “pacíficos” de los “violentos”. La
manifestación recorre durante horas las calles de Frankfurt y llega
compacta hasta la plaza donde está prevista su conclusión. Más de 25.000
manifestantes dan un sentido diferente a las acciones de los días
anteriores, y sobre todo representan una óptima base para una apuesta
política sobre el futuro del movimiento Blockupy en Alemania.
“A-anti-anticapitalista” es el lema que se repite por toda la
manifestación, al principio desde el bloque anticapitalista (numéricamente
más consistente), después desde todas las partes de la manifestación. Un
lema quizás demasiado básico, pero que adquiere un significado preciso a la
luz de lo sucedido durante las últimas semanas en Frankfurt y más en
general dentro de la crisis europea: la “democracia real” de las acampadas
y del movimiento Occupy se califica precisamente dentro de la lucha
anti-capitalista. Hoy sí asistimos a una tendencial brecha entre
capitalismo y democracia, y la reinvención de la democracia -lejos de
ubicarse en las esferas de la “pura política”- tiene que pasar a través de
la crítica radical del capitalismo.
3. Solidarität
Desde que empezó a circular la propuesta de Blockupy Frankfurt estuve
pensando sobre lo que era importante en aquella propuesta: la razón por la
cual valía la pena estar era que la movilización fuese justo en Frankfurt.
La reapertura de la iniciativa del movimiento en Alemania, me parecía (y me
sigue pareciendo, obviamente) esencial desde el punto de vista de las
luchas en Europa. La ruptura del consenso del que goza el “modelo alemán”,
el desarrollo de los conflictos y la iniciativa política surgida alrededor
de las grietas, como la “reforma” del estado del bienestar puesta en marcha
por el gobierno rojo-verde (la denominada Hartz IV) o la politización de la
precariedad, hoy muy difusa sobre todo entre los jóvenes, son todos ellos
son pasos esenciales para la construcción y la consolidación de un espacio
europeo de las luchas. Obviamente no se trata de negar que el impacto de la
crisis en Alemania sea diferente que el resto de Europa. Al revés, pienso
que la reconstrucción de la geografía de la crisis, de la heterogeneidad y
de sus propias modalidades de manifestarse y de sus efectos diferentes en
distintos contextos (tanto en Europa como a nivel global), es una de las
tareas más urgentes. Pero esta “cartografía de la heterogeneidad” de los
efectos de la crisis tiene que comprender su dinámica sistémica, de la
interdependencia donde se despliega. Sobre todo en Europa.
Desde este punto de vista, las jornadas de Frankfurt representan sin lugar
a dudas, como escriben las compañeras y los compañeros de
Interventionistische Linke <http://www.dazwischengehen.org/>, “un inicio”.
La participación europea ha sido significativa, a pesar de la situación de
emergencia en la que teníamos que movernos y de haber habido momentos
importantes de discusión entre activistas de países diferentes. De todas
formas no se puede obviar que en las semanas anteriores a los días de
movilización la comunicación fue difícil, problemas continuos de
“traducción”, en el sentido literal (banalmente la mayoría de los
documentos que circulaban antes y durante las jornadas de Blockupy
Frankfurt estaban solo en alemán) pero también en el sentido más amplio, es
decir, en la dificultad de traducir no solo lenguajes, luchas, culturas y
prácticas distintas sino también profundas experiencias heterogéneas de la
crisis. En cierto modo, podemos decir que con respecto al ciclo más
reciente de lucha del movimiento global de inicio del siglo (su ser más
“arraigada” en situaciones específicas), Frankfurt representa un punto de
inflexión respecto al trabajo en red y a la militancia a nivel
“transnacional”. Éste me parece un punto donde empezar a trabajar ya, tanto
por lo que se refiere a la construcción práctica de encuentros
transnacionales para la discusión y la organización como al problema más
general del “espacio” para la acción política.
Desde este punto de vista, la retórica de la “solidaridad” (” con el pueblo
griego, el pueblo español, los italianos”…), mayoritaria tanto en la
preparación como durante las jornadas en Frankfurt, es decididamente un
problema. Por un lado se propone un lenguaje (aquello del internacionalismo
proletario) hoy en día – lejos de poder ser reactivado en sus términos
clásicos – por un lado indica el terreno donde es necesario trabajar la
invención de los movimientos y de trabajo teórico y por el otro sufre,
limitándose a la inversión mecánica en términos de “solidaridad”, la
representación de las relaciones de poder dentro de la Unión Europea. Y la
idea de la dislocación que se necesita hoy en día, la invención de una
nueva área común de las luchas y los movimientos, termina siendo eclipsada.
4. Blockupy Europe
Las jornadas de Frankfurt ponen en evidencia el problema de Europa, de una
nueva dimensión europea de las luchas y acción de los movimientos. Dentro
de esta dimensión se puede (y debe) experimentar una combinación del
arraigo de las luchas en las áreas metropolitanas específicas, con la
construcción de un espacio en el que estas mismas luchas puedan multiplicar
su fuerza y empezar a construir un programa político alternativo. Soy
consciente de que esto es solo una declaración de los términos de un
problema, no su solución. Pero esa es una declaración de la que se debe
reivindicar en primer lugar su realismo político: es sólo a través de la
capacidad de dislocación de las luchas dentro de una dimensión europea que
podemos oponernos al crecimiento de las viejas y nuevas derechas en sus
intentos de “ocupar” los espacios y las retóricas de la soberanía nacional;
y es solo dentro de la dimensión europea que podemos apuntar a construir
una relación de fuerza favorable contra el capital financiero. En
Frankfurt, también desde este punto de vista, hemos participado de un nuevo
“inicio”, hemos visto las potencialidades y dificultades. Ya en las
próximas semanas, frente al abismo de los tiempos de la crisis en torno a
la cuestión griega, no faltarán ocasiones de ponernos a prueba.
29/05/2012
------------ próxima parte ------------
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