[cafe-sd] martes 11 de septiembre

muxuilunak muxuilunak at sindominio.net
Mon Sep 17 14:26:04 CEST 2001


absolutamente de acuerdo. lo que creo es que muy poca gente que ha estado y
está muy metida pueda hacer una crítica sin quedarse casi sol at . naturalmente no
me parece una postura ni valiente ni razonable, pero la cosa está así de
atascada. desgraciadamente.  y, lo que se me ocurre (quizá seas más el deseo
que ninguna otra cosas) es que a lo mejor está ahí diciendo más cosas de las
literales. quiera lo civil que eso sea cierto.
salut
beñat
Miquel escribió:

> muxuilunak dijo:
>
> > salud, os envío un par de textos que he recogido en gara.
> > me han llamado la atención porque me lo esperaba y no.
> > no me lo esperaba, en ese tono, por venir de quienes vienen.
> > pero me lo esperaba, en el fondo, porque al fin y al cabo no cabe
> > esperar otra cosa que eso, por parte de quienes dicen pelear por un
> > mundo más justo.
> > un saludo
> > beñat
>
> la verdad es que es bueno, hila fino, lo que pasa que quizá es mas facil
> decir estas cosas que dice Floren al pillarle la movida un poco lejos y
> tambien lo pone facil lo impresentable de la "causa" islamista: sin
> embargo, reconozco que hubiera valorado mas un articulo en este tono
> cuando la excusa para masacrar a civiles en vez de Alá es la patria (sin
> ir más lejos el coche bomba que puso ETA hace unos meses un sabado a las
> 11 de la noche en medio de la concurrida calle Goya de Madrid, sin otro
> objetivo que reventar a la gente que paseara por allí, o el de la plaza
> del Callao o...).
>
> m.
>
> >
> >
> >                                 [1]Iritzia
> >                           [_pixel.gif] Floren Aoiz
> >                               ¿Alá es grande?
> >
> >    Nadie duda que estamos viviendo hechos que se recordarán durante mucho
> >    tiempo. Las imágenes de las famosas torres gemelas desplomándose o el
> >     Pentágono parcialmente derrumbado van a quedar retenidas en nuestra
> >     memoria; y sabemos que el horror va a seguir. Todos tememos que más
> >     tarde o más temprano la Bestia responderá, y que lo hará a su modo,
> >    con más sangre y destrucción. Los Estados Unidos nunca han necesitado
> >    excusas para traer el infierno a la tierra, y las víctimas con que han
> >    sembrado el planeta llenarían torres que tocarían el cielo, pero ahora
> >    se creen legitimados para perpetrar cualquier crimen, y eso no augura
> >    nada bueno para los insumisos al Imperio y los humildes de la Tierra.
> >    Pensando en la realidad que nos es más cercana, escuchar a Aznar basta
> >    para saber a quién quieren algunos ofrecer en sacrificio al Dios de la
> >        venganza, por aquello de que el Pisuerga pasa por Valladolid.
> >
> >    Los gobernantes del Imperio no me resultan simpáticos, ni tampoco sus
> >     profesionales de la guerra, ni los que desde sus despachos exprimen
> >     este mundo de muchos pobres para unos pocos ricos: a fin de cuentas
> >       son ellos quienes han encendido la mecha. La globalización y la
> >    obstinación en humillar a árabes, musulmanes y tantas gentes y pueblos
> >    ha pasado factura de una manera dramática. Decir esto, sin embargo, no
> >    es suficiente. Son miles las víctimas, y la mayoría de ellos no pueden
> >     ser considerados agentes imperialistas por nadie en su sano juicio.
> >    Con todas las reservas por nuestra falta de información creíble, si es
> >        verdad que estamos ante eso que llaman guerra santa musulmana,
> >     comprenderemos la rabia, el odio y el hartazgo que ha alimentado el
> >    Tío Sam, pero difícilmente podremos encontrar en estos hechos motivos
> >      para la esperanza de un mundo mejor. Los débiles no pueden ponerse
> >     guantes de seda para pelear de modo elegante con quienes les ahogan,
> >      eso es obvio; pero de ahí a sembrar Nueva York de cadáveres va un
> >                                largo trecho.
> >
> >    No me emociona el dolor de Bush, y he aprendido a recordar, cuando se
> >        nos quiere contagiar el llanto de ciertas víctimas, esas otras
> >     lágrimas que ninguna televisión emite, pero un panorama de suicidas
> >         destrozando torres repletas de civiles no puede ilusionarme.
> >    Necesitamos un mundo diferente, sí, pero en ese camino no vale todo, y
> >     uno se pregunta hasta qué punto detrás de estos hechos se encuentra
> >      una alternativa progresista a la globalización y el Imperio u otra
> >    forma de reacción. Corro el riesgo de equivocarme de cabo a rabo, pero
> >     tengo la sensación de que quien ha planificado estas acciones no ha
> >     pensado en la causa de la izquierda en el mundo, sino en un Alá que
> >                 hoy no es más grande que hace una semana. *
> >
> >
> >    ______________________________________________________________________
> >
> >    Baigorri Argitaletxea S.A Gipuzkoa: Portuetxe, 23-2.a/20018Donostia
> >    Tel 943 316999/FAX 943 316998
> >    Harremanetarako:
> >
> >    [2][_garatxuri.gif]
> >
> > References
> >
> >    1. file://localhost/tmp/iri0000.htm
> >    2. file://localhost/osagarriak/harremanak.htm
>
> >
> >
> >                                 [1]Iritzia
> >         [_pixel.gif] Jabier Salutregi Mentxaka * Director de «Egin»
> >                                    Ojalá
> >
> >    Cuando Goliat dobla la rodilla por primera vez en su vida, después de
> >    recibir un golpazo tan tremendo, es difícil desde un criterio cercano
> >    a David tomar la suficiente distancia para analizar con la perspectiva
> >     y frialdad necesarias un hecho de tal magnitud que al ser vivido en
> >       directo, televisado y repetido hasta la saciedad desde todos los
> >       ángulos imaginables e inimaginables, ha acabado para algunos de
> >          nosotros por superar, y con creces, a la propia realidad.
> >
> >     Todavía miles de víctimas yacen bajo los cascotes humeantes de Nueva
> >     York y la sensación de dolor nos invade y sobrecoge, cuando un nuevo
> >     estremecimiento comienza a tomar cuerpo en el mundo entero. Tras los
> >       atentados registrados en EEUU el martes pasado, unos hechos que
> >     posiblemente ostenten el sino de ser los más emblemáticos del siglo
> >    XXI, además de caer derrumbadas las dos torres gemelas de Manhattan y
> >      quedar destrozada la imagen de invulnerabilidad estadounidense, ha
> >    vuelto a resurgir con una fuerza inusitada el miedo al coloso herido y
> >                            a su ira incontenible.
> >
> >     Y no deja de ser sintomático de que algo no funciona bien en nuestro
> >    sistema de valores cuando, casi al mismo tiempo que lloramos todos los
> >    muertos, somos conscientes de que el mundo se encuentra a la espera de
> >      que se registre, imparable, una nueva salvajada que responda a la
> >     salvajada, una nueva barbaridad que conteste a la barbaridad. Y esta
> >          vez será bendecida en nombre de aquellos que creen ser los
> >     portaestandartes de la bondad y que tienen tanta soberbia almacenada
> >     que cuando se refieren al atentado no tiene ningún recato en afirmar
> >    grandilocuentemente que «el mundo no será el mismo después del martes
> >                          12 de setiembre de 2001».
> >
> >      Para los japoneses de Hiroshima y Nagasaki, para los ciudadanos de
> >      Libia (donde incluso murió una hija de Gaddafi), para los padres y
> >    hermanos del millón de niños iraquíes muertos por el desvalimiento al
> >    que han sido sometidos, para aquellos vietnamitas despedazados por el
> >    napalm... Para todos ellos, el mundo no fue el mismo, tras el infierno
> >    de la bomba atómica ni tras el paso de los marines estadounidenses que
> >       a ellos les destrozó la vida. Aunque ni si- quiera se lo dejaron
> >      decir. Por no tener, no tuvieron, ni tienen el consuelo de ser los
> >     poseedores de la verdad. Lo dijo Busch con una simpleza maniquea que
> >    helaba el corazón: «Estamos en una lucha monumental del bien contra el
> >    mal». Y ellos, los EEUU, son el bien salvador porque lo ha dicho y lo
> >    ha decidido un hombre al que ni siquiera le votó mayoritariamente los
> >       que votaron, pues los que concurren en los comicios en EEUU son
> >     también minoría. Por decisión propia y unilateral son la bondad del
> >    planeta, y así lo ha dicho un hombre que personalmente es responsable
> >     de más muertes que de las que se le pueden adjudicar al mayor de los
> >                      asesinos que él ha mandado matar.
> >
> >     La cuestión está en que muchos de nosotros no queremos ser ni buenos
> >    ni malos. Simplemente queremos ser lo que queremos ser, pero... ¿acaso
> >        tenemos otra opción que ser buenos o ser malos? Creo que no me
> >    equivocaría si aseguro que muchos de nosotros no queremos abrazarnos a
> >      la bondad que predica Busch, ni tampoco a la que predica Laden, o,
> >    dicho de otro modo, a la bondad que predica Bin Laden o la maldad que
> >               preconiza Busch. O ¿estamos obligados a elegir?
> >
> >    El mismo martes, los niños palestinos levantaban el escalofrío cuando,
> >       tras conocerse y verse la noticia, daban rienda suelta al odio y
> >     sustituían las piedras que utilizan como munición en la Intifada por
> >      caramelos. Goliat había sido herido y así lo festejaban. Es hasta
> >      comprensible. Para ellos, igual que para Busch, en esta monumental
> >     lucha, el mal había sido dañado en su misma guarida, pues para ellos
> >       la maldad se encuentra en los EEUU de donde procede su muerte y
> >       destrucción. Para ellos, sin lugar a dudas, los yanquis son los
> >    mayores terroristas. A partir de ahora, volverán a empuñar sus piedras
> >        contra los misiles made in USA hasta que sean arrasados unos y
> >       domeñados los supervivientes. En esta era, David no puede hacer
> >     grandes cosas con su honda ni siquiera llegaría a ser rey de reyes.
> >
> >       No parece que las acciones guerreras, que previsiblemente serán
> >     emprendidas contra quien se gane todos los boletos de las sospechas
> >     estadounidenses, vayan a ser televisadas en directo, pues, si así lo
> >       hicieran, correrían el peligro de competencia desleal (restarían
> >     protagonismo al ataque de Nueva York) y, todavía lo que sería peor,
> >      podrían fomentar la solidaridad entre las víctimas del bien y las
> >      víctimas del mal, entre los huérfanos de ambos lados. Los Estados
> >       Unidos saben, como nadie en el mundo, que la imagen de una niña
> >     desnuda y abrasada por el napalm, llorando y corriendo sola por una
> >    carretera, desgarra a cualquier sociedad. Por eso siempre televisan la
> >     salida infernal de los obuses hacia un destino lleno de malignidad y
> >      se recrean en el estallido, pero nunca nos muestran sus efectos al
> >                                   momento.
> >
> >    Hoy, las imágenes que vienen de Nueva York nos rompen por dentro. Nos
> >       rompen porque son idénticas a aquellas otras que vimos con otras
> >       personas, con otros hombres, otras mujeres y otros niños que nos
> >    destrozaron con su desolación, su martirio, su sacrificio inútil y su
> >    genocidio, padeciendo al paso de la marcha triunfante y grosera de las
> >        fuerzas armadas de Norteamérica, con sus misiles crucero, sus
> >           helicópteros, sus aviones y sus bombardeos atronadores.
> >
> >     Vuelven una y otra vez a pasar las imágenes. Nos bombardean con las
> >    labores de desescombro, con la interminable lista de víctimas. Nos dan
> >       a conocer las pesquisas del FBI, aparece George Busch lloroso y
> >     conmovido de vez en cuando ante nuestras pantallas, y, de cuando en
> >    vez, nos lo vuelven a mostrar recompuesto, duro, rencoroso y vengativo
> >    llamando a la oración y a no quebrar en las ideas de la gran América.
> >
> >         Nos explican quién es Osama Bin Laden y nos cuentan sobre su
> >        inquebrantable fe islámica y sobre su inmensa fortuna puesta a
> >    disposición de quien quiera luchar contra Satán-EEUU. Nos dan pelos y
> >           señales de cómo fue la operación, la sincronización y la
> >     planificación. Más imágenes. Las torres que se caen una y otra vez.
> >
> >    Mientras tanto, nadie, ni en EEUU ni en Europa ni entre los medios de
> >    comunicación más racionales se explica públicamente por qué un puñado
> >    de hombres ofrecieron sus vidas y utilizaron con total desprecio la de
> >     los demás para provocar semejante atrocidad. Nadie da una clave que
> >     argumente con solidez el holocausto de esta gente. Y es que quizás,
> >    sin interpretación, todo quede como una incomprensible irracionalidad
> >       cometida sin objeto ni fin, lo que indudablemente permitirá ser
> >      castigada con mayor comodidad. Es más fácil perseguir, destruir y
> >         eliminar a un enemigo incomprensible. Y es que quizás en las
> >    explicaciones del porqué, entre esas razones que llevaron a ese puñado
> >       de hombres a la desesperada salvajada, cabe que se incluya algún
> >     argumento que suscite el peligro de que el pueblo americano pudiera
> >     hallar un punto de luz que les haga comprender que sus dirigentes no
> >    son unos ángeles que imparten el bien por doquier. Ojalá (palabra que
> >    proviene del árabe) el pueblo americano se revuelva, sea conciente de
> >    su poder y elija bien a sus dirigentes que, cada vez más, son nuestros
> >             dirigentes sin que por ello tengamos opción al voto.
> >
> >    Pero lo más patético en su pequeñez cutre y fuera de lugar fue que, ya
> >      que Manhattan pasaba por Euskal Herria, Aznar intentara colar con
> >    calzador su demonio familiar. Su credibilidad rodó, por lo abusivo del
> >     paralelismo implícito, hasta el cubo de la basura. Pero dejó claro,
> >     eso sí, que él y Busch, como las torres caídas, son almas gemelas. *
> >
> >
> >    ______________________________________________________________________
> >
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> >                        Tel 943 316999/FAX 943 316998
> >                               Harremanetarako:
> >
> >                             [2][_garatxuri.gif]
> >
> > References
> >
> >    1. file://localhost/tmp/iri0000.htm
> >    2. file://localhost/osagarriak/harremanak.htm
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