[cafe-sd] El tiempo de Carnaval

Teresa Rógora matero49 en yahoo.com.ar
Mar Ene 23 23:25:16 CET 2007


El tiempo de carnaval

        El Carnaval de Humahuaca es único en la Argentina
Su importancia se puede apreciar en la copiosa documentación: musical, en forma fonográfica y magnetofónica; escrita, en libros, revistas, periódicos y
diarios; así como visual por medio de fotografías o documentales cinematográficos "Pueblos dormidos".

La típica imagen de la danza

        Es que varios factores han contribuido a darle renombre; aquí se han preservado más puras y pintorescas las costumbres carnavalescas propias de
la zona, con reminiscencias indígenas y españolas. Esto ha impreso a su folklore un sello característico, diferente y misterioso, que habla de diablos,
vicuñas y cacharpayas.
        En Humahuaca, el carnaval no ha languidecido como en otras regiones; al contrario se ha enriquecido con nuevas formas y cada año la mayor afluencia
de personas presta brillo renovado a sus ocho días y nueve noches de alegría y pintoresquismo. Tal vez el visitante no pueda apreciar en toda su amplitud
el significado de esta fiesta; el quebradeño es el que la siente con más intensidad, ya que sus días dejan de ser simples salidas y puestas de sol, para
adquirir una nueva dimensión, fugaz pero que compensa las fatigas del año entero.
        Llega el tiempo del carnaval. Toda la región vibra en preparativos para su fiesta máxima.
        Hay un clima general de regocijo; guitarreadas y bailes se suceden bajo los frescos sauzales de la banda
mientras las casas veraniegas se abren para recibir a sus ocupantes.

Fiestas carnavalescas

        La diablada de año nuevo: Esta es una de tres ocasiones en que salen los diablos fuera del carnaval. El 31 de diciembre, a las siete de la tarde,
el presidente de una comparsa, espera en su casa a las personas que van a disfrazarse. De allí disparan tres bombas de estruendo a intervalos de diez minutos,
mientras los diablos se colocan sus disfraces; a la tercera bomba, la orquesta rompe a tocar y baja con la diablada a las calles del pueblo, donde toman
parejas y bailando alegres carnavalitos vienen hasta el local, dando comienzo así a un baile que durará hasta el día siguiente. A las doce de la noche
la orquesta, para de tocar; se tiran cohetes, todos se abrazan deseándose felicidades y se continúa bailando con renovado entusiasmo. La comparsa, junto
con su diablada hacen a la medianoche dos salidas, dando la vuelta al pueblo para retornar enseguida al local. Terminando el baile los diablos retornan
a sus casas a sacarse los disfraces.
        El ensayo del carnaval: Era tradicional que, antes de que comenzaran los carnavales, las comparsas humahuaqueñas se reunieran en sus locales días
antes, para planear coreografía, ensayar coro, aprender nuevos cantos, probar nuevos disfraces y salir bailando a la calle en un preludio de alegría.
        La gran cacharpaya: Es la finalización de ensayo citado anteriormente; las comparsas que pasearon en su euforia por las calles del pueblo, penetran
en el local, donde desde ese momento dan comienzo a la fiesta.
        Por la tarde se anuncia la cacharpaya por medio de piezas musicales de la región, grabadas en cinta magnetofónica y transmitidas por altavoces,
invitándose a comparsas, conjuntos folklóricos, etc.
        Es un espectáculo inolvidable ver a todas las comparsas reunidas con sus auténticos músicos y disfraces tocando por turno sus melodías peculiares,
y la concurrencia bailando danzas jujeñas alegres y movidas.
La gente simplemente baila

        Hay una mesa destinada a cada comparsa en la que se coloca, como en las invitaciones del carnaval, un cántaro de chicha, enforado y cubierto de
serpentinas, se lo brinda al presidente de la agrupación, quien lo distribuye entre sus socios y disfrazados.

Los jueves de comadres y de compadres

        Bautizo de guaguas de pan: Diez días antes del sábado de carnaval se realizan las ceremonias de compadrazgo en Humahuaca y sus alrededores, tienen
lugar en el campo o en la banda.
        A veces están precedidas de una imitación de casamiento, en la cual una pareja de fingidos contrayentes cambia anillos delante de una persona que
hace de cura que los declara marido y mujer; el dueño de la casa realiza una fiesta, entrega una guagua de pan a dos personas de su amistad, de uno y otro
sexo. A su vez los designados como padres de la guagua la entregan a una madrina y un padrino que eligen entre la concurrencia.
        Todos se reúnen y el pseudosacerdote santigua la masa cocida y la rocía con agua, exclamando a coro con los monaguillos:

¡Yo te bautizo
con agua i granizo
prometiéndote de nombre
nariz de chorizo!

        Terminada la ceremonia, los padrinos devuelven la guagua de pan a su "madre" quien se la llevará como recuerdo a su casa; la concurrencia se dirige
hacia una gran mesa donde comen y beben en abundancia, para proseguir el festejo bailando.
        Tincunacos: ¡Jueves de Comadres! y la proximidad del carnaval, distante ya sólo dos días, pone una atmósfera de alegría a todo lo largo y ancho
de la quebrada. Ni siquiera las copiosas lluvias impiden que personas venidas de todas partes comiencen a volcarse sobre esta región y especialmente sobre
Humahuaca.
        En este día, en horas de la mañana, las comadres se visitan. No importa que sus parentescos provengan de bautizos, confirmaciones, casamientos reales
o fingidos; el lazo espiritual que las une es el mismo. Alegremente se encuentran y dicen: ¡Buenos días, comadrita!, y comienzan a echarse con entusiasmo
papel picado y talco, luego salen juntas a visitar a otras comadres.
        En este día se realiza el tincunaco o topamiento. Generalmente surge la invitación que hace el dueño de una casa en la banda. Comadres y compadres
se reúnen allí al mediodía, al pie de unos arcos levantados en el patio, por lo común de ramas de sauce adornadas con cintas y flores, y que tienen atados
frutas, rosquetes, empanadillas, quesos, bollos, caspas, etc.
        Una vez dado el número conveniente, usualmente de veinte personas, los asistentes se dividen en dos grupos que se colocan frente a frente a unos
treinta metros de distancia. El dueño de casa entrega a dos comadres, diestras en cantar y tañerlas, sendas cajas; comienzan a bailar entonces los componentes
de ambos grupos, tomados por los hombros y precedidos por ambas cajeras cantando coplas al son de las cajas. Al encontrarse bajo los arcos las dos comadres
se dan la mano, se envuelven con serpentinas y se echan papel picado para que se desate una andada de talco y papel picado entre ambos bandos.
        Concluido el tincunacu, todos se sientan en bancos ubicados a la vuelta del patio, el dueño de la casa comienza a servir comida y bebida, mientras
un conjunto de instrumentos típicos toca piezas tradicionales.
Todo queda como era entonces. 
        Al terminar el refrigerio se desmantelan los arcos, de los cuales cada uno de los topadores lleva una parte, y principia el baile, que se prolongará
hasta la caída de la tarde, hora en que todos regresarán al pueblo, cantando carnavalitos.









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