[Infos] Fw: enfrentamientos en medellín

Ibai Sans Urbieta ibai at 3ejes.org
Sat Oct 19 09:28:30 CEST 2002


Escalofriantes relatos de la vida en tierras Colombianas, atent at s ;
> La Comuna 13 de nuevo bajo fuego
>
> por Carlos Alberto Giraldo M. Rodrigo Martínez A . Thursday October 17,
2002 at
> 02:46 AM
>
> redaccion at elcolombiano.com.co
>
> * Hubo varios menores y ancianos heridos en los choques. * Crece el éxodo
de
> civiles que huyen del fuego cruzado. * La fuerza pública anunció que la
> operación irá hasta el final. * Hay cientos de personas atrapadas en los
> combates. * Anoche, los choques seguían y la zona continuaba acordonada.
>
> Medellín
> Hay sangre en los dedos de la niña, que se cubre el rostro con las manos
> mientras llora por su hermano de ocho años, al que una bala de fusil le
reventó
> el muslo.
>
> Son las nueve de la mañana, cinco horas después de que comenzaron los
combates
> entre los grupos de milicias de la guerrilla, comandos paramilitares y
> efectivos del Ejército y la Policía.
>
> Sentada en el suelo y con su espalda contra el muro frontal de la unidad
de
> Salud del barrio San Javier, Sara relata que un tiro atravesó el solar de
la
> casa y luego las paredes de la habitación donde su pequeño hermano se
> resguardaba. "Entonces, gritó: ¡me dieron! y comenzó a llorar".
>
> Pero él no es el único menor herido este día de sangre y fuego. La
narración de
> la pequeña se interrumpe con la llegada, a las diez de la mañana, de un
anciano
> con un pulmón perforado y de otros dos niños impactados en las piernas.
>
> Sara llora. No puede parar de hacerlo. Es el signo del temor que ha
sentido sin
> pausa en medio del traqueteo de los fusiles y del sobrevuelo de dos
> helicópteros artillados.
>
> Los altos mandos de la Policía y del Ejército insisten en que las
aeronaves no
> han abierto fuego a lo largo de los combates, pero dos hombres, que
tiemblan de
> miedo y acaban de llegar con un herido al que se le ve pálido y con sus
> vísceras expuestas, dicen que sí.
>
> Ellos insisten en que estaban sentados afuera de su casa cuando el
helicóptero
> se puso encima y ametralló. Un residente de Santa Mónica, barrio aledaño,
> agrega que la aeronave soltó seis ráfagas a las nueve y diez minutos de la
> mañana.
>
> Acompañada por otras dos pequeñas Sara no encuentra consuelo. El escenario
es
> triste y aterrador para ella y sus vecinos: ahora, a las diez y 22
minutos, un
> joven gasta sus últimas fuerzas mientras carga en los brazos a una anciana
> herida.
>
> La gente reclama una camilla. Los ayudantes del centro hospitalario hacen
lo
> que pueden para recibir a los lesionados, que aparecen uno tras otro, en
taxis
> y llevados en hombros o en cobijas que sirven para improvisar camillas.
>
> Hay que irse
> "Vivo junto a la iglesia del barrio El Salado. Soy bodeguero. Había salido
a
> las seis de la mañana a trabajar, pero tuve que devolverme porque cuando
llegué
> a la oficina mi esposa no aguantó más, llamó y me dijo que la casa la
habían
> dejado como un colador, que la acabaron a bala y casi matan a mi hija de
un
> año", relata un hombre desesperado.
>
> Él dice que sólo hasta este miércoles ocupará su residencia. Lleva siete
años
> en ella y es el fruto de su trabajo de años, pero "primero está mi
familia".
>
> En su vecindario, cuenta, no hay tranquilidad hace un año: la gente se
levanta
> a bala y se acuesta a bala.
>
> "Tengo que entrar por mis niños. Si me voy a morir me muero a su lado, con
> ellos", dice angustiado este obrero que, por fortuna, contó con la
comprensión
> de su jefe, que vive en Santa Mónica, un sector aledaño al de los
combates.
>
> La zozobra no para: a las diez y cincuenta ingresa un joven herido. Dos
minutos
> después, otro más. Transcurren cinco minutos y un chico de doce años
aparece en
> busca de ayuda médica. Dos minutos y la cuenta aumenta de nuevo.
>
> "Allá lo que hay es heridos y muertos, pero quién los saca en medio de esa
> plomacera tan brava", dice el acompañanate de otro civil alcanzado por las
> balas.
>
> Explotan granadas y otros artefactos que por momentos se ahogan con el
ruido
> ronco de los helicópteros.
>
> Un oficial de la Policía sigue atento el combate por su radioteléfono.
Menciona
> el parte provisional de sus compañeros heridos: "un teniente está muy mal
y un
> agente también".
>
> Entre los combatientes oficiales la consigna es avanzar hasta las últimas
> consecuencias. "Es la orden".
>
> Civiles, en la mira
> A las doce y treinta suena un estruendo fuertísimo. Y tres minutos después
otro
> más. Es el helicóptero, observan algunos de los presentes. Pero las
> autoridades, entre tanto, y por varios medios, repiten que no.
>
> Sara llora, cómo llora la pequeña Sara. En frente suyo, por la avenida que
> cruza contigua al pequeño hospital de San Javier, descienden mujeres y
niños,
> colegiales o en pantaloneta, que huyen del fuego cruzado. No volverán
mientras
> los estruendos, los heridos y los muertos sean la rutina de cada día.
>
> "Deben pensar en nosotros. Los heridos casi siempre somos civiles. Mi
señora me
> dijo llorando que nos vamos", cuenta un hombre de botas obreras que carga
una
> olla de arroz en la mano y ahora es desplazado.
>
> A su lado bajan empleados y vendedores callejeros, que dejan sus casas o
sus
> familias en medio de la guerra.
>
>
> Llovieron las balas y entraron por todas partes
>
> "Como a las 9 de la mañana abrimos la puerta de casa, en la Independencia
II,
> creyendo que la balacera se había acabado y otra vez empezó el tiroteo. Me
> agaché a recoger a mi bebé de seis meses, que estaba gateando, y una bala
pegó
> en el piso y las esquirlas me volvieron nada la cara. Por fortuna ninguna
> penetró profundamente ni alcanzaron a mi niño, de seis meses, que no le
pasó
> nada".
> María Cristina, ama de casa, de 18 años
>
>
> "Como a las 10 de la mañana, estaba yo tirado en el piso, esperando a que
> terminara todo. Entonces una bala entró por el techo de mi casa, en la
> Independencia II, cuando en el techo estalló un petardo. Las esquirlas me
> penetraron todo el cuerpo, pero me tuvieron que llevar al hospital porque
una
> de las heridas en el pie derecho me sangraba mucho. En la Unidad
Intermedia de
> San Javier me hicieron la curación, pero las piernas me quedaron como
picadas
> de mosquitos".
> Víctor, de 14 años de edad
>
>
> "Me levanté pasadas la nueve de la mañana. Mi casa queda en el barrio 20
de
> Julio y el portón estaba abierto, porque allí vivimos varias familias. Una
bala
> de fusil penetró por un zaguán y me dio en el talón. Me atravesó y golpeó,
más
> levemente, a otro muchacho. Sentí sólo un quemón".
> Pablo Alonso, de 16 años
>
> Implicaciones
> La comunidad es la que más se perjudica
>
>
> Dos puestos de salud cerrados temporalmente, más de siete instituciones
> educativas con anormalidad académica, fusión de algunos de los pabellones
de la
> Colonia de Belencito, son algunas consecuencias que padecen los habitantes
de
> la Comuna 13 por los enfrentamientos entre la fuerza pública y las
milicias.
>
> Omar Vargas, subgerente de Servicios de Salud de Metrosalud, explicó que
los
> puestos de salud de La Loma y Villa Laura permanecerán cerrados
> transitoriamente. "La gente puede acudir a los centros de La Quiebra,
Santa
> Rosa de Lima y El Estadio, que están en la misma zona", dijo.
>
> El secretario de Educación, Enrique Batista, agregó que por los choques
> armados, siete instituciones, entre colegios y escuelas, están en
anormalidad
> académica, afectando a más de 6.000 estudiantes.
>
> La secretaria de Desarrollo Social, Victoria Eugenia Ramírez, indicó que
los
> ancianos de la Colonia de Belencito permanecen resguardados en varios
> pabellones, cuidando su seguridad. Allí también se dispuso una carpa
hospital
> para atender eventualidades y, desde la Unidad Intermedia de San Javier,
se
> coordina el plan de emergencias.
>
> Copyright © 2002 EL COLOMBIANO LTDA. & CIA. S.C.A.
>
> www.elcolombiano.com/jueves/ntd001.htm
>
>
>
>
> Intensidad del conflito riega el temor por el resto de Medellín
> por Elizabeth Yarce . Thursday October 17, 2002 at 02:51 AM
> elizabethy at elcolombiano.com.co
>
>
> * En la comuna 13 y barrios aledaños sicosis colectiva por miedo a
disparos.
> * Desde las 4:00 a.m. mucha gente no salió de debajo de las camas y
lloraba.
> * Hasta las 6 p.m. los combates dejaron 5 muertos y 22 heridos.
>
> Medellín
> El sonido de las sirenas de ambulancias, de las alarmas de alerta
dispuestas en
> la Facultad de Minas de la Universidad Nacional para advertir sobre
> emergencias, el de los helicópteros Black Hawk en su sobrevuelo, las
> explosiones de las granadas, de los disparos de fusil y ametralladora
M-60, el
> de cientos de hombres armados corriendo y marchando por las calles
contrastaba
> con los gritos, el desespero y el llanto de los 130.000 habitantes de la
Comuna
> 13, en el occidente.
>
> "Lo que se vivió fue el peor día de este año y pensamos que habrá peores",
> expresó don Martín, habitante de San Javier, quien no salió de su casa,
por el
> temor de correr la suerte de más de los 30 vecinos que, según él, han sido
> impactados por las balas perdidas este año en su barrio, sin contar los
que
> murieron o están en silla de ruedas.
>
> Esta vez el zumbido de las balas y las explosiones no sólo se sintió en
los
> barrios vecinos, donde siempre sufren por las balas perdidas y los
combatientes
> que convierten las aceras en guaridas. Desde Belén Los Alpes, en el sector
de
> la Universidad de Medellín, hasta Laureles y La Floresta, la gente escuchó
el
> estruendo que hasta ayer a las seis de la tarde había cobrado la vida de
un
> joven de 17 años, tres efectivos del Ejército y un teniente de la Policía.
Ese
> mismo bullicio que tenía entre la vida y la muerte a 22 heridos atendidos
en la
> Unidad Intermedia de San Javier y otros centros hospitalarios. Mientras
que no
> se había precisado cuántos integrantes de las milicias murieron.
>
> "Qué es eso tan horrible. Debe haber qué montón de muertos por allá. Me
levanté
> desde las cuatro de la mañana cuando empezó la cosa. Después no he podido
salir
> de la casa por puro susto. Eso tarde que temprano nos llega por aquí y no
sé
> por qué, a estas alturas, nadie se pronuncia ni dice nada o siguen
viviendo
> como si eso estuviera afuera de Medellín, es que está aquí pegado",
expresó
> doña Angélica, de Belén Las Violetas.
>
> En el 20 de Julio -escenario de los combates-, en cambio, no podían
conformarse
> con escuchar y esperar a ver qué pasaba: la intensidad de los
enfrentamientos
> que se viven en el sector desde hace seis meses obligó a muchos a
convertir sus
> casas en resguardos contra las balas. "No dormimos desde la semana pasada.
Ya
> no sabemos qué más poner. Esta casa parece un coladero, sin mentirle hay
un
> hueco que dejó un fusil y por ahí nos vemos con el vecino", comentó
Orfanelly,
> empleada doméstica.
>
> Pero pese a estar acostumbrada a la fuerza a los combates, dijo que lo de
ayer
> fue peor que el 21 de mayo. "Hoy no puedo ir a trabajar. La niña la tengo
> debajo de la cama, que la tuve que cuñar también con el mueble porque ya
me le
> pegó un disparo en la baranda", agregó Orfanelly.
>
> "Si alguien pudiera sacarme de aquí y darme posada unos días se lo
agradecería
> mucho", comentaba la mujer por el teléfono, que tiene acondicionado en una
de
> las gavetas del closet, donde se encierra para evadir los disparos y poder
> hablar por el aparato. Ese es el único medio con el que cuenta para
comunicarse
> con el resto de la ciudad, porque su casa está en zona de constante
combate.
>
> En Santa Mónica, San Javier, Simón Bolívar, Belén, La América, los barrios
> periféricos de la zona de combates, la gente relata el miércoles 16 de
octubre
> como "uno de los peores días" de su vida.
>
> Ese desespero obligó a Brígida, una mujer que se había resistido a
desplazarse
> de Santa Mónica II, a hacerlo ayer en medio de los combates y salir
corriendo a
> las doce del día hacia otro sector de Medellín. "Yo aquí no aguanto más.
Me
> estoy enloqueciendo. Jorge está acabando de empacar, pero me voy. Hoy esto
> parece Beirut, Israel, Afganistán, no sé qué país, pero esto no es
Medellín.
> Hoy me acabaron 12 años construyendo un hogar aquí. Escuche esas
explosiones.
> ¿Quién puede vivir así?", preguntó.
>
> Ese ruido que puso a llorar de miedo a más de uno en el occidente, se
escuchó
> en todo el país: en la tarde, cuando aún no cesaban los combates, la
Oficina en
> Colombia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos
> pidió detener el fuego cruzado en el que está quedando atrapada la
población
> civil.
>
>
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