[Presos] SOLIDARIDAD CON JUAN JOSE GARFIA

Uhuru maldoror at avant.pangea.org
Fri Jan 11 23:58:42 CET 2002


   JUAN JOSE GARFIA, compañero que se encontraba preso en el centro 
penitenciario de Picassent, fue trasladado al centro penitenciario de 
Huelva, en donde se encuentra desde hace un mes en huelga de hambre y 
en el que está sometido a tratamiento de primer grado, cuando su 
clasificación es de 2º grado. Los motivos, aparte de sus escritos en 
publicaciones como la desaparecida ARDI BELTZA o KALE GORRIA, es 
posible que se deban a antiguas situaciones no superadas por el 
director de la prision y la institucion penitenciaria. La represión 
no sólo se dirije contra Juan Jose, al que han privado y despojado de 
todo, ¡de todo! (menos de su dignidad), sino también contra su 
compañera.
   Por ello no estaría de más, enviar cartas de solidaridad a Juan 
José y contra el tratamiento penitenciario, al director de la carcel 
de Huelva.

   Vamos compañer at s, dejad por un momento los fusiles y recoger el 
boligrafo que teneis por ahí olvidado y "echaros un cantecito". Por 
diferentes motivos, Garfia se lo merece y el director de ese centro 
de exterminio también.

   Akí os dejo el que le he escrito a ese "perla" que dirije la 
prisión y me despido con un fratrenal abrazo

PD.
   Juanjo Garfia, preso en la cárcel de Huelva mantiene una huelga de 
hambre desde hace un mes en protesta porque no le dejan sus útiles de 
pintura y escritura. Objetos de creación y estudio, que si venía 
utilizando en su anterior destino en la cárcel de Picassent. Más 
información en la web de información penitenciaria de Canal Sur 
<http://www.apulso.net>http://www.apulso.net.


Al Sr. DIRECTOR DEL C.P. DE HUELVA
Ctra. de la Ribera, s/n
21610  Huelva
Telf. 959/21.16.00

   Distinguido Señor Director,

   Por la presente, y como máximo responsable de la prisión de 
Huelva, quisiera poner en su conocimiento mi profunda indignación por 
el desmesurado trato al que están sometiendo al preso Juan José 
Garfia.
   Parece ser que desde ya hace bastante tiempo, ustedes, los máximos 
responsables de las prisisones, han asumido de una vez por todas que 
no tienen ninguna ley que respetar. A primera vista, pudiera parecer 
que ustedes son ya más anarquistas que los propios anárquicos, pero 
la realidad nos devuelve las pesadillas de las épocas más atroces de 
la historia de este país y que se podrían resumir principalmente en 
dos momentos, desafortunadamente, históricos: la Inquisición y la 
dictadura fascista.
    Sí, parece que han aprendido bien la lección que para entrar en 
la historia de este país hay que estar a la altura del pasado y han 
decidido imponer un nuevo orden de horror dentro de sus oscuras 
mazmorras. Se han rodeado de todo un equipo de "profesionales" con la 
excusa del tratamiento y a la hora de la verdad, este o bien es 
inexistente, o bien es inhumano, o completamente reaccionario, o 
incluso podríamos decir, en el sentido más peyorativo de la 
expresión, infantil.
   Parece ser que ustedes han comprendido perfectamente, que la 
reinserción no le interesa en absoluto a su Institución porque va 
contra todos sus intereses, e intentan a toda costa evitar que esta 
se produzca. Así, si una persona, con el historial de Juan José 
Garfia, ha conseguido reinsertarse a pesar de la prisión y con su 
propio esfuerzo y lucha y no con la disciplina represiva de la 
cárcel, hay que arrebatarle a toda costa, los instrumentos o las 
actividades a través de las que ha conseguido dar sentido al 
sinsentido de una "vida" que ustedes siempre mutilan y limitan desde 
la Institución.
    Sr. Director, Juan José Garfia, podría estar perfectamente en la 
calle haciendo vida como cualquier otra persona; ya se que eso 
propiamente no depende de usted, pero lo que sí depende es el 
tratamiento que le están aplicando en esa prisión de Huelva y que 
parece más bien pensada con el morboso resentimiento y la perversidad 
de unas mentes enfermas por el dolor y la frustración. Las personas 
que las hemos tenido que sufrir durante mucho tiempo, conocemos 
perfectamente las bajas pasiones en cuanto las vemos o en cuanto se 
nombran y no me cabe la menor duda de que alguien, en estos momentos, 
se encontrará colmado de dicha y satisfacción por haber cerrado toda 
posibilidad de libertad a Juan José Garfia, pero para ese tipo de 
personas lo único que podemos mostrar, no es compasión, sino un 
profundo desprecio. Es por ello que le conmino a que esté a la altura 
de la realidad y del presente y no se deje llevar por antiguos odios 
no superados, y por tanto que permita a Juan José Garfia, ya que a 
pesar de todo lo van a mantener encerrado, seguir con sus estudios y 
actividades que son ciertamente un contrapunto a todo lo que nos 
rodea actualmente. Reclamar la libertad de expresión para una persona 
que está encarcelada, no deja de ser una absurda paradoja y por eso 
no lo voy a hacer; pero sin embargo lo que sí pretendo, es hablarle 
con palabras que nunca pronunciarán en sus reuniones "técnicas" en la 
prisión. Es muy probable que usted no entienda lo que significa nada 
de eso aunque lleve demasiados años en las cárceles; como tampoco, a 
pesar de toda su experiencia penitenciaria, sepa distinguir a una 
persona, hombre o mujer; pues los inmumerables barrotes y alambradas 
que han rodeado siempre su vida no se lo permiten.
   Sr. Director, empiece a quitarse algunas de las espinas que 
atormentan su resentimiento y destierre para siempre la venganza de 
ese amargo recuerdo que se ha anclado en las entrañas de su corazón y 
de su mente. No voy a apelar a las leyes que usted conoce e incumple, 
porque tampoco tiene ningún sentido; sino a un sentimiento que parece 
que ya hace tiempo ha olvidado y a una acción que permita a Juan José 
Garfia, seguir labrando el camino hacia su libertad, pues como muy 
bien ustedes saben, aunque pretendan ignorarlo y ocultarlo, muy pocas 
personas como Juan José Garfia han andado por ese impracticable e 
imposible camino. No reconocer el esfuerzo y la lucha de Juan José, 
le hunde a usted en el interior de esas inmundas prisiones que lleva 
tan adentro y en las que pretende mantener encerrados a todo el mundo 
que quizás, alguna vez, se equivocaron, o no.

   Sin más y con suficientes motivos para no ser excesivamente cordial,
end

ENVIADO por alguien a ALGUIEN




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