[unomada-info] Tenemos que salir de esta - sobre el #25S

[Infos de la Universidad Nomada]

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Publicado en www.diagonalperiodico.net núm. 180, sept. 2012.

Tenemos que salir de esta
Raúl Sánchez Cedillo

Nunca un otoño caliente fue tan anunciado como el que se avecina. Pero, a diferencia de cuanto
suele ocurrir con tales anuncios, cuesta pensar qué podría impedir que en los próximos meses se
produzca un punto de inflexión decisivo en esta batalla.

Cuando tratamos de pensar las maniobras de las elites políticas, financieras y mediáticas
europeas, no tardamos en llegar a un punto de parálisis. Hasta tal punto el cuadro se nos presenta
como una maraña de opciones, intereses y posiciones enfrentadas, incompatibles. Esto hace que el
pensamiento de la coyuntura se torne extraordinariamente difícil. Este juego de chantajes y
desafíos entre distintas coaliciones políticas, financieras y geográficas ha sido comparado con el
“juego de la gallina”, pero siempre se olvida que los corredores arrastran a la fuerza a un tercer
participante, que son nuestras vidas, y su valor (siempre a la baja). Este es el denominador común
de todos los resultados posibles de este juego de poderes aparentemente caótico: apuesta bajista
sobre el valor de las vidas como fuerza de trabajo, y por ende, desaparición del horizonte de toda
salida democrática, puesto que, sencillamente, las vidas en juego no lo valen ni lo valdrán.

El juego de la gallina europeo-español se acerca cada vez más al muro de las resoluciones. Desde
el 15 de mayo de 2011 el tercer participante maniatado ha comenzado a desatarse y a gritar en
medio del estruendo, y a descubrirse como muchos. ¿Cómo van a poder escapar de esa cárcel de
tiempo del miedo y de la catástrofe? Por doquier se presentan falsas oportunidades, salidas
ficticias y mesas de trile.

Un inminente rescate europeo, esto es, una velada declaración de insolvencia que pone fin a
cualquier soberanía del capitalismo de marca española; una muy probable expulsión de Grecia de la
zona euro; una coyuntura electoral autonómica en la que todos venden esperanzas subprime; una
justa entre comunidades autónomas que hace del endeudamiento un conflicto entre naciones y
regiones y no entre capital y vida-trabajo; un hundimiento inevitable del gobierno Rajoy y una
crisis de gobernabilidad, legitimidad y autoridad que no resolverán pactos de Estado, gobiernos de
unidad o nuevas elecciones; una oposición sindical incrustada en el régimen que cree que su valor
de cambio y sus posibilidades de salvar los muebles aumentarán si se muestra capaz de domesticar,
controlar y subordinarse las fuerzas de democracia y de ruptura. Fin de la partida del 78. Salvo
intromisiones intempestivas, lo que venga después solo puede ser peor.

¿Dónde está el nosotros? En el post-15M, y tras las jornadas del pasado julio, no está nada claro.
Más bien parece fragmentado, desorientado. A estas alturas del juego de la gallina, un nosotros
expansivo e inclusivo solo puede renacer de una concatenación entre una reconquista del tiempo
(del calendario), unas nociones comunes programáticas y uno o más gestos radicales de tipo
multitudinario. En este sentido, la propuesta de “Rodea el congreso” para el próximo 25S responde,
a pesar de sus puntos débiles, a una percepción aguda del problema: no hay destitución sin nueva
constitución. Ni “día de la revolución”, ni jornada de protesta ya rutinaria, de lo que se trata
es de reconquistar la iniciativa expresando con los cuerpos lo que ya nadie niega: el conflicto
pasa ahora por la determinación del marco de convivencia, de los derechos y obligaciones, de la
regulación del conflicto social y político, de los límites de la propiedad y de la definición del
bien común, de la vigencia del poder constituyente en el corazón del pacto social. Es precisa una
“marcha del millón” que declare abierta la estación de lo irrenunciable: en lo sucesivo, todos han
de mandar obedeciendo.