[cafe-sd] Artículo de Carlos Alonso Zaldivar en El País del 16 de septiembre.

José Miguel Jorquera NIeto jmjorquera at hotmail.com
Wed Sep 26 20:00:00 CEST 2001


Queridos Miquel, Mónica, Trinidad y Alfredo:
(Miquel, se que sobrepasa el limite habitual del cafe y que me rebotara. En ese caso, puedes pasarselo a l´enterao, por si quiere incluirlo).

Os copio en este correo, por si quereis ponerlo en algún lado (aparte de disfrutarlo de por sí), uno de los artículos de opinión que creo de mayor nivel entre lo que he leído desde el 11 de septiembre (en principio no lo veo en la edición digital del archivo: http://www.elpais.es/especiales/2001/atentados_eeuu/opinion)  :

- DISCULPAD QUE RETIRE LOS ACENTOS Y LAS eñes, PERO COMO GENERAN DIFICULTADES DE LECTURA EN EL CAFE... Asimismo, espero me disculpe el autor, me me tomo la libertad, quizás excesiva por mi parte, de colocar algunas negritas.

MORIR MATANDO

(Carlos Alonso Zaldivar, Diplomatico en El PaIs, 11 de septiembre del 2.001, pg 29):

Lo que ocurrio el pasado martes en Nueva York y en Washington, lo que vimos por television, sin dar credito a nuestro ojos, lo que aún hoy parece inverosimil, se explica sencillamente: cuando la vida resulta un infierno, morir matando a quien se culpa de ello es una opción, y en el mundo en que vivimos hay gente que la ha tomado. No son pocos. No estan solo en los campamentos de refugiados. No son solo fanaticos ignorantes o debiles mentales. Tambien son gentes con los estudios y las habilidades necesarias para pilotar un avion de pasajeros y con la determinacion suficiente para hacerlo volar hasta el suicidio. Lo vimos el martes.
    ¿Que les lleva a hacerlo? Cuando la vida solo ofrece dolor y humillacion, la desesperación empuja a la venganza y a la muerte. La miseria puede convertir la vida en un infierno. En Occidente lo sabemos, pero no lo tomamos en serio. La vida también puede volverse un infierno por otras causas que los occidentales hemos olvidado; vivir bajo ocupación militar, sufrir bombardeos de castigo, padecer humillaciones diarias, ver ómo desaparece lo que daba sentido a las cosas. Esas cosas empujan a la desesperacion, que es otro nombre del infierno.
    Para quienes hoy viven desesperados, la historia reciente viene siendo un enfrentamiento entre los occidentales poderosos y ricos, dispuestos a matar pero no a morir, y los pobres impotentes a quienes sólo cabe morir matando. Piensan que en Palestina, en Irak, en Africa y en otros sitios, los poderosos llevamos años matando sin morir. Creen que el pasado martes, por una vez, los desesperados se tomaron la revancha al precio de morir matando. El martes tambien cambio nuestra vision del mundo en que vivimos. Descubrimos que los impotentes e ignorantes saben y pueden mas de lo que nos habian dicho, y que quienes nos protegen saben y pueden menos de lo que pretenden.
    Tras el martes hay que repensar como hacer el mundo mas seguro. Algunos evocan Pearl Harbour y se han lanzado a hablar de guerra y de victoria. Esta es una vieja retorica con ecos poderosos, pero efectividad nula. Guerra, ¿contra quien? Contra los terroristas, pero no sabemos quienes son. Ha pasado el tiempo y seguimos sin saber quienes fueron los autores del atentado de Dharan (Arabia Saudi) que mato a 19 soldados estadounidenses; tampoco sabemos quien volo en el puerto de Aden (Yemen) el destructor americano Cole. Guerra contra el terrorismo, ¿como? ¿con tanques, misiles y aviones? No hay arma mas inteligente y letal que un terrorista suicida. Frente al terrorismo, el instrumento mas rentable es la inteligencia, pero ¿cuantos agentes tiene la CIA infiltrados entre los taliban comiendo mal y viviendo sin mujer? Alguien se preguntaba esto el otro dia y la respuesta es obvia. Guerra, ¿para que? ¿Para que cada uno viva y deje vivir, o para que los occidentales digamos como debe vivir el resto del mundo? Un error en los objetivos, en los fines o en los medios, y resultara que habremos aumentado las filas de los dispuestos a morir matando.
    Si quienes estamos mas dispuestos a matar que a morir estamos enfrentados con quienes estan dispuestos a morir matando, la variables sobre las que se puede actuar en este conflicto son dos: la capacidad de matar y la disposicion a morir. Capacidad de matar sobra en nuestro lado y, como se comprobo el martes, tampoco falta en el otro. Y conviene tener presente que con menos esfuerzo hubieran podido hacer mas dano; por ejemplo, empleando un agente quimico. Pero, ademas de la masacre, buscaban la imagen de su revancha, y la lograron. La clave no esta en la capacidad de matar; esta en la disposición a morir, o nosotros aumentamos la nuestra, o logramos que reduzcan la suya. El griterio de guera apunta en la primera direccion, pero no creo que vaya a ir muy lejos. Occidente no va a lanzarse a un combate epico contra no se sabe muy bien quien, y si se enfrenta con una denominacion religiosa con mil millones de seguidores, cometera un error espantoso.
    La vía hacia nuestra seguridad consiste en reducir el numero de otros dispuestos a morir. Lograrlo no requiere resolver previamente todos los conflictos y dramas del mundo. Lo que sí exige es recrear la esperanza de que las injusticias pueden llegar a repararse. Solo el desesperado muere matando, el que tiene esperanza prefiere vivir luchando. El gran reto de Occidente no es matar a unos centenares de asesinos suicidas: si eso es todo lo que hacemos, apareceran otros. EL RETO CONSISTE EN PONER FIN A LAS SITUACIONES QUE HACEN SURGIR MILES DE DESESPERADOS DISPUESTOS A MORIR MATANDO. Algo que en los últimos 10 años no hemos hecho. Quiza tras el 11 de septiembre del 2.001 empecemos a hacerlo.
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