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Aprovecho este comentario de Giya para retomar algo que se quedó
pendiente y que había pospuesto viendo el interés que suscitaba este
hilo. 


Giya wrote:
> 
>
> 
> ... Mira, basta con decirle a los empresarios que los contratos
> son "el libre acuerdo entre dos partes" y que "las leyes no tienen nada
> que ver" y luego íbamos a ver qué contratos laborales ofrecen y en qué
> condiciones se trabajaría mayoritariamente.

No creo que mucho peor que con las que se trabaja ahora 'mayoritariamente'.

Miquel me decía en un mensaje que no se puede comparar la situación de
la clase obrera de mediados del XIX que afectaba a millones de personas
con el "caso aislado de los mas precarios" en la actualidad. Y que no
podemos perder la perspectiva de los cambias habidos gracias a las
luchas obreras...

Lo primero que se me ocurre es que de muy poco le sirve a un precario
saber que la situación de un trabajador en el siglo XIX era peor que la
de él, excepto para darle algún tipo de consuelo pseudo-religioso que,
desde luego, no le ayudará a salir de su situación, antes todo lo contrario.

Lo segundo es que, a ver... esos millones de personas eran los
habitantes de la Europa industrial que, según he leído, representaban
una quinta parte de la población mundial, eso sin descontar a los
habitantes de las zonas rurales que aún eran bastante considerables en
la Europa del XIX.
Quizá en Europa no se trabaje mayoritariamente (en muchos casos sí) en las
condiciones del siglo XIX pero dichas condiciones se han desplazado
hacia otras zonas del planeta, aunque no tengo datos de a cuantos
millones de personas afectan... parece que son muchos.

La euforia capitalista, el libre mercado o el liberalismo económico
(sería interesante intentar averiguar por qué se habla tanto de libertad
cuando se quiere decir dinero) nos han llevado a aumentar
significativamente la proporción de población mundial que se encuentra
en situación de precariedad (laboral o no) respecto al siglo XIX. Así que
'los más precarios' ya no son un caso aislado, o una excepción... sino la
norma. 

Pero dejando a un lado el mundo, Europa, lo que he leido o lo que me han
contado... y refiriéndome a lo único que puedo saber a ciencia cierta:
lo que he comprobado por mi misma. Puedo decir que, en este país,
'vivimos' prioritariamente del 'sector servicios' (sólo hay que mirar
las ofertas de trabajo), que este sector es muy amplio e incluye al
comercio, la hosteleria, los transportes, la seguridad... que en estos
sectores se trabaja a menudo sin contrato, que la jornada laboral se
suele alargar mucho más de las 8 horas, que en temporada alta no se
tiene ni un día festivo a la semana, que se trabaja a un ritmo
demencial, que se realizan subcontratos a través de ETTs (probar a ir a
algunas entrevistas de trabajo de las ofertas de 'La Vanguardia' o el
'Primerama' y vereis que lo que pensabais que era la empresa
ofertadora, en realidad, es una ETT), que los sueldos no alcanzan para
llevar una vida digna, que si tienes un accidente laboral o una baja por
enfermedad te despiden sin más... En fin que lo que con tanto esfuerzo
habían conseguido las luchas obreras, y que nuestros padres llegaron a
disfrutar, hoy se ha perdido totalmente para la MAYORÍA y sólo una
minoría puede beneficiarse de ello...

Alguien dijo "Hay otros mundos pero están en este" y ahora puedo
comprenderlo mejor que nunca. Quizá los que tienen o aspiran a tener
trabajos relacionados con el mundo de la información, se verán poco, o
nunca, en las situaciones laborales que he descrito antes, ya que como
dice Castells refiriéndose a nuestra sociedad, que él llama "sociedad
red", "el software es la tecnología decisiva para el funcionamiento del
sistema" pero estos profesionales siempre serán una minoría. Entre el
primer mundo y el tercer mundo hay otros muchos mundos (más cerca del
tercero que del primero) pero todos están en éste: constantemente, en la
calle, en el metro, en el autobus... sus diferentes habitantes nos
cruzamos, nos rozamos, nos tocamos... Pero muchas personas viven de
espaldas a esta realidad.

La realidad de las masas a menudo resulta invisible... Me recuerda a los
'castillos humanos' que se hacen en Catalunya: los que pisan el suelo y
aguantan todo el peso del castillo son una masa que se apiña desdibujada
e informe... el público sólo tiene ojos para los que aguantan en los
escalones siguientes o para los que trepan ligeros hacia la cumbre.

Una visión más amplia que la mia respecto a los derechos de los
trabajadores la podeis encontrar aquí:

http://patriagrande.net/uruguay/eduardo.galeano/escritos/un.tema.para.arqueologos.htm

Salud-OS