[cafe-sd] la doctrina del shock explicada en un video de 6 mins

Miquel miquel en sindominio.net
Jue Ene 10 12:15:37 CET 2008


El jue, 10-01-2008 a las 09:53 +0100, Luis escribió:
> Miquel escribió:
> > El mié, 09-01-2008 a las 14:31 +0100, xabier escribió:
> 
> > mercado. Es absurdo oponerse a algo que casi no existe: los graves
> > problemas que hay, desde luego, habría que atribuirlos a otras cosas,
> > algo que rara vez escuchamos (como el exceso de barreras, o de gasto
> > público, o de sobreprecios y extorsiones de todo tipo en forma de
> > impuestos, de cánones o de aranceles). Pero siempre ha sido más fácil
> 
> Aunque supongo que lo haces para hacer la argumentación más directa, usas
> la palabra impuestos en forma peyorativa. Mi valoración de ellos en
> general es positiva y su implementación en forma progresiva, acertada. Los
> impuestos para mí son el precio que se debe pagar por beneficiarse del
> circo que pone toda la sociedad: yo te doy tranquilidad, cauce, mercado,
> cultura... para que vivas y comercies feliz, tú me das el dinero para
> mantener esos parámetros estables. De este modo nos beneficiamos todos. La
> alternativa es dejar que cada uno haga lo que quiera con su dinero, con la
> idea de que la libertad es más inteligente, pero en mi opinión, el
> mantenimiento de grandes sociedades, altamente estructuradas, no se
> satisface con ejercicios voluntarios que normalmente responden a
> necesidades inmediatas en tiempo y espacio. Si tenemos sociedades de esta
> escala, para mi se hace necesario el uso de impuestos para su estabilidad.
> 

totalmente de acuerdo y muy adecuada tu matización. Me refería a
impuestos *excesivos*, *innecesarios* o *injustos* (como cánones o
aranceles proteccionistas) que mantienen monopolios artificiales o
gastos superfluos, o que crean situaciones injustas o agravios
comparativos (por ejemplo, la forma en que se ultraprotege al sector
agrícola europeo). En lugar de tanto 0,7%, y de tanta limosna europea,
que levanten los aranceles agrícolas con Africa o que les permitan
industrializarse, explotar su carbon y su petróleo. Me refiero también a
la excesiva ansia recaudadora por parte del Estado para subvencionar
actividades que deberían forma parte de la decisión de cada cual y que,
en general, buscan repartir prebendas y obtener fidelidades
(subvenciones al cine, televisiones públicas, periódicos...). Otro
ejemplo es el reparto indiscriminado de dinero, en plan rey midas, para
ordenadores o para alquileres o para jóvenes o para mujeres o..., con
independencia de si esa mujer o ese joven lo necesita o no. 

En resumen, el dilema no es impuestos sí/no (no creo que nadie en su
sano juicio piense que no son necesarios), sino un equilibrio para que
garanticen cierta redistribución, ciertas infraestructuras básicas, pero
que no interfieran ni condicionen las actividades personales ("no
podemos conducir por ti") ni sean la excusa para un
sobredimensionamiento del Estado, o para una subvención generalizada de
la vida pública y un ejercicio del poder a base de prebendas, cuyas
consecuencias en forma de falta de iniciativa (un enfermizo "que el
Estado me solucione la vida") y de adocenamiento social son muy
evidentes (científicos que se adecuan a lo que piensa el poder para no
perder las subvenciones a su investigación, periodistas genuflexos, toda
clase de burócratas que viven de crear problemas artificiales e ignorar
los reales y, en general, un ejército de personal que vive del pesebre
que todos financiamos). 

En mi opinión, por retomar el hilo, los problemas concretos que crea
esas sociedades ultrasubvencionadas son mucho mayores que los derivados
del "mercado libre" (que, ya digo, es más bien una quimera) y creo que
tiene responsabilidad en el evidente declive que sufre Europa a todos
los niveles (económico, cultural, ético y político).

saludos

--m



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